Desconcierto y asombro en el país ante un libro que normaliza las relaciones homosexuales, desmonta tópicos machistas y conciencia sobre los abusos a menores.
Es, quizás, uno de los libros de texto más revolucionarios que se han visto en las escuelas de primaria y secundaria en China. La serie editada por la Universidad Normal de Pekín sobre educación sexual es poco convencional: explica sin subterfugios cómo se hacen los bebés, acepta cualquier tipo de orientación sexual, defiende el uso de los métodos anticonceptivos, trata de prevenir los abusos sexuales a menores y desmonta tópicos machistas o muy arraigados en la moral confuciana tan presente en China.
Los libros, para niños de entre 6 y 12 años, contienen ilustraciones de los genitales masculinos y femeninos, de parejas que mantienen relaciones sexuales y de varios escenarios en los que alumnos hacen preguntas a sus padres o profesores sobre sexualidad.
En uno de los dibujos, por ejemplo, los estudiantes preguntan a su profesor sobre dos mujeres que viven juntas. El educador responde: “La mayoría de las personas se sienten atraídas por su sexo opuesto, pero algunas por las del mismo sexo. Es algo muy normal y no deberíamos discriminar a estas personas por este motivo”. Los niños aprenden que las relaciones homosexuales son igual de válidas que las heterosexuales y son conscientes de que, en algunos países, el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal, algo que no pasa en China. Estas parejas también tienen derecho a tener hijos, dice el libro.
En otro capítulo se defiende la igualdad de género, explicando que las mujeres pueden convertirse en policías o astronautas, y que los hombres pueden ser enfermeros o maestros de guarderías si así lo desean. Las mujeres tampoco deberían obsesionarse con casarse y formar una familia: “sea lo que sea lo que elijas para tu vida, es tu derecho y mereces ser respetado por ello”, se lee. En China, la presión para casarse sobre las mujeres jóvenes sigue siendo enorme.
A pesar de lo razonable de estas ideas, no todos los padres creen que los libros sean adecuados: “¿Es esta la mejor manera de enseñar a nuestros hijos de segundo de primaria?”, se quejaba una madre en Weibo, una plataforma china similar a Twitter. Su problema es que el texto explica que las parejas hacen el amor y que “el padre introduce el pene dentro de la vagina de la madre”.
El comentario recibió el apoyo de otros padres y la presión de algunos de ellos ha llevado a una de las escuelas que usaba este libro a retirarlo de su biblioteca de forma temporal. Pero, al menos en el debate creado en las redes sociales, la inmensa mayoría de los usuarios han alabado y agradecido los textos: “la razón por la que algunos padres piensan que este libro es inapropiado es porque nunca han recibido este tipo de educación y el sexo es algo vergonzoso para ellos. Si la educación sexual en la escuela sigue quedando rezagada, crearemos una nueva generación de padres que todavía no serán capaces de hablar de sexo”, decía uno de los comentarios más aplaudidos. Los medios estatales también se han posicionado a favor de los libros.
Los libros tratan de educar a los niños para combatir un problema creciente en el país: los abusos a menores. Según estimaciones de la Fundación China de Cultura y Arte para la Infancia, estos casos se incrementaron un 30% en el último año, y un 70% de los abusos fueron cometidos por personas conocidas. En un comunicado, los editores han defendido los contenidos también para ayudar a combatir esta lacra: “¿Cómo se puede esperar que un niño, en caso de haber sufrido abusos, describa qué le ha pasado si ni siquiera puede hablar con propiedad de sus órganos sexuales?”.