El método argentino contra el bullying que ya recorre el mundo

La psicoanalista Mónica Toscano explica a SECCIÓN CIUDAD su método contra el bullying que tiene como ejes “escuchar” y “no traicionar” a los jóvenes.

Mónica Toscano es psicoanalista especialista en adicciones desde hace más de 25 años. Luego de trabajar en consultorios, pasó a las escuelas y creó un método llamado como su nombre: “Mónica Toscano prevention in act”, es decir, prevención en el acto, que es la clave central de combate del bullying, como se verá a continuación.
“Un día, viendo la manera en cómo los chicos llegaban al consultorio, me di cuenta que como sociedad no podemos ser testigos pasivos de lo que no hacemos. Así, decidí empezar a acercarme a las escuelas, porque son los lugares donde los chicos pasan la mayor cantidad de horas de su vida”, recuerda Toscano a SECCIÓN CIUDAD.
El método hace hincapié en la prevención porque “la idea es llegar antes que la situación grave suceda. Como sociedad estamos muy acostumbrados a leer las situaciones después que sucedieron”, explica la psicoanalista.
Cuando comenzó a trabajar en las escuelas, los directivos le pedían que les hable a los chicos sobre drogas, dado su especialización en adicciones. No obstante, señala que los jóvenes querían hablar de otra cosa, y así fue como creó un método “por desesperación”, basado en la pregunta de “¿cómo hacer para que un adolescente hable de lo que le sucede frente a un adulto y comente las situaciones que le pasa?”.

EL MÉTODO MÓNICA TOSCANO

El método tiene un primer paso que consta de una encuesta basada en ítems sobre lo que ellos quieran hablar. Son siete temas que fueron votados previamente por los mismos chicos. Es decir, opinan sobre las situaciones que ellos desean realmente comentar.
El dato más importante que se desprende de la investigación es que los chicos “no quieren hablar de lo que a los adultos nos preocupa. En estas encuestas, que son anónimas, los temas más votados son la influencia del grupo de amigos”, cuenta la especialista, y destaca que “para un chico no pertenecer a un grupo es casi como no existir”.
La escuela, continúa Toscano, es la “gran salida al mundo” y, por tanto, es donde los chicos pasan la mayoría de las horas de su vida. Allí es el terreno donde hay que jugar las fichas que sean necesarias para pertenecer a un grupo. En palabras de la especialista: “Los chicos pasan por situaciones donde pagan peajes muy altos para pertenecer a un grupo, y en donde la crueldad de ese grupo es la que dirige y manda la vida de nuestros jóvenes”.
Maltratar o acosar, burlarse del profesor, hacer lo que el grupo desea; esa es la lógica del grupo social. Por ello es que el bullying no se trata de una “pareja”, como dice Mónica, de acosado y acosador, sino de un grupo social entero donde estas prácticas violentas se desarrollan.
El método Mónica Toscano se trabaja en Buenos Aires, Barcelona y París. La especialista descubrió con su investigación que el problema del bullying se da en esos países por igual. “Sucede en todos los estratos socioeconómicos y en diferentes realidades socioculturales. Un chico de un barrio de los suburbios de París como de la Ciudad de Buenos Aires, de la misma edad, quieren hablar de las mismas cosas: cómo hago para pertenecer al grupo”.
Es decir, Mónica Toscano observó los mismos patrones de comportamiento en más de diez mil chicos, siendo de lugares y contextos distintos.

SEGUNDO PASO DEL MÉTODO: EL GUIÓN

Para explicar este punto, Toscano elige citar a Aristóteles cuando dice que “allí donde nada sucede, todo sucede”. La consigna es que los chicos escriban un guión con una temática que ellos consideren necesiten hablar. Es un método discursivo basado en la escucha de los chicos en su grupo clase.
Así, en principio, arman un guión ficticio, cuenta. “Pero después, a medida que no se sienten traicionados, que sienten que lo que se habla queda en ese espacio, empiezan a contar lo que les sucede”.
Para desarticular las situaciones de violencia que viven los grupos se van desarrollando los talleres del método Mónica Toscano. A medida que avanzan, se va minimizando la violencia en las escuelas.
Lo interesante que explica la psicóloga es que siempre hay conflicto en la adolescencia, porque es una etapa de mucho cambio. Por tanto, estar presentes en esa etapa se vuelve fundamental para el desarrollo evolutivo de la persona como ser social. Los chicos son violentos porque hay una sociedad que es violenta. Por eso el bullying no es algo reducido a “chicos en escuela” sino una problemática social que nos atraviesa a todos.
La adolescencia es un momento muy difícil donde cambia todo: el cuerpo, el humor y hasta la relación con sus padres de la infancia. “Para un chico de siete años el padre es Superman, en cambio para un chico de 15 el padre se cayó como ideal y también sufre ese dolor”.
La investigación de la especialista demostró también que una de las cosas que más sienten los chicos que son acosados es que no se lo pueden decir a sus padres. “Los chicos dicen que tienen miedo de desilusionarlos. Entonces, viven el dolor en la escuela, porque es el acosado, y después llegan a su casa con el temor de desilusionar a los padres”.
“Si se minimizan las situaciones de conflicto, se minimizan las situaciones de violencia. Y cuando baja la situación de conflicto, los chicos empiezan a rendir más a nivel académico”, adelanta Toscano.

UN MÉTODO DE TRES PARTES: LA FAMILIA, LOS CHICOS Y LA ESCUELA

La familia es una de las columnas fundamentales del método. “Trabajamos con los padres para que primero aprendan a leer signos y, luego, les damos herramientas para trabajar con esos signos. Si mi hijo llega a casa y le cambio el humor, maltrata a su hermanito que no lo hacía comunmente, si está todo el día encerrado en su cuarto, no se trata únicamente de una conducta adolescente. Tenemos que saber qué signos traen nuestros chicos y qué pasa cuando un signo se reitera”, explica.
Asimismo, se capacita a los docentes para que lean esos signos. “El bullying se combate primero entendiendo que no es únicamente un chico el que ataca a otro. Hay un grupo que ataca y hay que trabajar en la pareja acosador-acosado. Por eso hay que trabajar en el grupo”.
“Las tutorías de los colegios sirven pero no alcanzan. Con el método se hace la prevención en acto, que permite que esas situaciones de violencia se vayan desestructurando”, anota.

LA BRECHA ENTRE ADULTOS Y CHICOS: ¿CÓMO LOGRAR QUE LOS CHICOS HABLEN?

“Cuando los chicos se dan cuenta que los adultos no los traicionamos, hablan. La responsabilidad de que los chicos no hablen con los adultos, es únicamente de los adultos. En el método se capacita a un grupo de docentes y luego lo dejamos instalada para que ellos sigan implementándolo por su cuenta. A veces se logra tal confianza con los chicos, que es hasta una directora que implementa el método, parece increíble”.
La especialista explica que el método “se logra dándonos cuenta que tenemos como sociedad y como adultos la obligación de escuchar a nuestros jóvenes. Porque quien no escucha, es cruel. Todos necesitamos ser escuchados”.

LAS DIFERENCIAS ENTRE LOS PAÍSES: EL BULLYING EN LA ARGENTINA

Según Mónica Toscano, lo que hay que trabajar en la Argentina es la noción de ley. “Nosotros encontramos que en países donde la ley está socialmente respetada, donde el concepto de legalidad es algo compartido, desarticular las situaciones de violencia es menos complicado”.
“Todos tenemos que ayudar a volver al concepto de ley, porque eso lleva al concepto de límites y así puedo ayudar a que las situaciones de violencia disminuyan. En el método desarrollo un concepto que se llama el límite ordenador. Es el más difícil, ya que es el límite que debe ser explicado. Si yo mando a mi hijo a un colegio, y lo alimento con ese colegio, porque yo lo elegí para él, no puedo cuando el chico viene con una sanción decir ‘quién te la puso, voy a ir yo’, porque dejo a nuestros hijos sin ley social”, relata.
Y concluye que “se trata al bullying como un problema aislado, que pasa en las escuelas, y no es así. Los chicos ponen en escena aquello que no entienden cómo sociedad”.

LOS JÓVENES Y EL PAÍS

Para el futuro de un país, los jóvenes representan “todo”, según Mónica Toscano. “Los griegos, la literatura, y muchas otras cuestiones, siempre tomaron a los jóvenes como el momento de mayor conflictividad pero también de mayor creatividad. Hay que escucharlos y respetarlos, así nos cuentan su dolor. En la medida en que escuchemos a los chicos genuinamente, ellos mismos van a respetarse como sujetos”.
“El Gobierno que respete a los chicos va a ser el más beneficiado. Porque donde tenés chicos que piensen, tenés una sociedad que crece”, apunta.

LA JORNADA

El 20 de mayo Mónica Toscano vendrá a la Argentina para participar junto con la Universidad del Salvador en la primera jornada internacional que realiza sobre su método. Allí se conocerán los equipos que implementan el método, tanto de París, Barcelona como Buenos Aires. La meta de Toscano es “poder ver y crear realmente una red de prevención” contra el bullying.
Allí se podrán también escuchar las experiencias de directoras de colegios que implementan el método Mónica Toscano. “Esa directora está formada para no traicionar lo que el chico le dice”, afirma.