Según Amnistía Internacional, es por el aumento de los homicidios cometidos por la policía en los barrios pobres de la ciudad.
A 100 días de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en las favelas cariocas reina el terror. Según Amnistía Internacional, los residentes de muchas de estas barriadas viven aterrorizados tras la muerte de al menos 11 personas por disparos de la policía desde principios de mes.
Sólo en la ciudad de Río, al menos 307 personas perdieron la vida a manos de la policía el año pasado; es decir, uno de cada cinco homicidios cometidos en la ciudad, sostiene Amnistía en un informe. Y agrega que las autoridades no obligan a los responsables a rendir cuentas y cada vez se inclinan más por ejercer la mano dura contra protestas callejeras pacíficas.
“Hasta ahora –agregó–, la mayoría de los homicidios cometidos por policías no fueron investigados ni se estableció una instrucción rigurosa o directrices operativas sobre el uso de armas “menos letales”, y las autoridades siguen tratando a los manifestantes como “enemigos públicos”.
Según AI, se observó un aumento del uso de fuerza excesiva por parte de la policía en el estado de Río de Janeiro en los últimos años, y la mayoría de las víctimas son varones jóvenes y negros de favelas y zonas marginadas.
En 2014, cuando Brasil organizó la Copa Mundial de Fútbol, la policía mató a 580 personas, un 40% más que en 2013. El número en 2015 fue incluso mayor: 645, dice el informe de AI.
Aunque no es posible relacionar directamente este aumento de los homicidios policiales con los preparativos de los Juegos Olímpicos, los datos estadísticos ponen de manifiesto un patrón de uso excesivo de la fuerza, violencia e impunidad que empaña a las instituciones de seguridad pública.
La represión policial en las protestas es otro motivo de preocupación en el periodo previo a los Juegos Olímpicos, sostiene.
Dos años después de la celebración de la Copa Mundial de Fútbol, cuando Amnistía Internacional también denunció casos de uso excesivo e innecesario de la fuerza por la policía durante las protestas, incluido el uso indebido de armas menos letales, no se adoptaron medidas eficaces para impedir que vuelvan a cometerse abusos policiales.
De hecho, la única legislación nueva relacionada con la seguridad pública en torno a los Juegos Olímpicos es una ley antiterrorista que, en la práctica, podría aplicarse para restringir y penalizar las protestas.