El empresario quedó como único titular de una patente de semiconductores luego de que sus cuatro socios chinos fallecieran en el vuelo MH370. El dato curioso es que la patente fue aprobada en Estados Unidos cuatro días después de la desaparición del avión.
El famoso multimillonario Jacob Rothschild se convirtió en el único propietario de una importante patente de semiconductores, al desaparecer sus cuatro socios chinos en el avión MH370 de Malaysia Airlines. El dato fue divulgado por pocos medios alternativos mundiales fuera de las grandes agencias con principales capitales en Washington y Londres.
Curiosamente, la patente fue aprobada por la Oficina de Propiedad Intelectual de Estados Unidos cuatro días después de la desaparición de la aeronave. Es que la patente en cuestión se dividió en partes iguales de un 20% entre cinco titulares. Uno de ellos, el propio Rothschild, quien había adquirido su share a través de la empresa Freescale Semiconductor, de la cual es dueño a través de Blackstone, otra de sus compañías.
Mientras Freescale es una compañía norteamericana con sede en Austin, Texas, el resto de los socios eran de origen chino y pertenecían a las compañías Peidong Wang, Zhijun Chen, Zhijong Cheng y Li Ying, de la ciudad de Suzhou. Y resulta ser que todos ellos eran pasajeros del avión de Malaysia Airlines que cayó al sur del Océano Índico, según confirmó el primer ministro de Malasia, Najib Razak.
De acuerdo a la normativa que gira en torno a la propiedad intelectual de la patente, si uno de los titulares muere, los demás comparten equitativamente los dividendos de la persona fallecida, siempre y cuando no se dispute en su testamento. Por lo que, una vez declarados muertos los cuatro titulares de los derechos de la patente, el quinto dueño se queda con el 100% de las acciones y el nuevo único titular es la empresa es Freescale Semiconductor.
Sumado a esta casualidad, está el marco de una investigación extraña que contó con satélites capaces de llegar a cualquier rincón del mundo pero que no pudieron encontrar un avión completo ni ninguna de sus partes o pasajeros. Increíblemente, ni los mejores aviones de patrulla marítima de Estados Unidos o China encontraron la respuesta. De repente, de un día para el otro, el primer ministro malasio dio la noticia de que el avión se había estrellado y aseguró que todos los que iban a bordo habían muerto. A los familiares de las víctimas se les avisó mediante mensaje de texto en inglés, de una forma muy extraña, sin tener pruebas fehacientes de la destrucción del avión.