La excesiva dependencia de las exportaciones de productos primarios, especialmente en los países emergentes, genera consecuencias negativas que cada vez se sienten más. Es el caso de Australia, una economía desarrollada que de a poco está notando algunos inconvenientes.
En los últimos meses, las manifestaciones de Turquía y Brasil, dos países con problemas de desarrollo y de desigualdades sociales, fueron las noticias más importantes para los medios. Sin embargo, hace ya un tiempo que existe una preocupación evidente entre los analistas e inversores respecto de Australia, un modelo a seguir, ya que su economía no dejó de crecer en los últimos 21 años.
A principios de 1999, el país comenzó a trabajar en productos básicos; con el correr de los años, ese mercado estuvo en auge. Pero con la desaceleración de China, el principal demandante mundial, y la posible suba de tasas de interés en EEUU, la alternativa de la exportación está decayendo.
“El boom de las materias primas en China ha terminado. El volumen de las exportaciones de commodities aumenta, pero los precios cayeron cerca de un 25% con respecto a su valor más alto, y podrían disminuir aún más. La fase de inversiones en la minería pierde impulso. Nuestra economía se encuentra en un cruce de caminos”, dijo Kevin Rudd, actual primer ministro australiano, elegido tras un golpe de palacio dentro del Partido Laborista que desplazó a Julia Gilliard.
Teniendo en cuenta que faltan menos de tres meses para las elecciones legislativas, ya se desplazó a la primera mujer en gobernar Australia, y el clima de nerviosismo que existe en el país con respecto a economía es notable. “En el futuro, el crecimiento en el sector no minero y en las inversiones inmobiliarias debería asegurar un potencial si regresa la confianza”, explicó el nuevo ministro de Finanzas, Chris Bowen.
El Banco de Australia decidió rebajar su tasa de interés de referencia en 75 puntos básicos hasta ubicarla en el 2,75%, e impulsó la depreciación del dólar australiano, muy sobrevaluado por la entrada de inversión extranjera directa. Si bien el sector primario le brindó un empuje fundamental al crecimiento de Australia, esta vez parece que el modelo no podrá soportar otra caída.