El obispo de la Diócesis de Mar del Plata, Antonio Marino, habló esta mañana en la 99.9 sobre los hechos vandálicos que se registraron en la Catedral de nuestra ciudad. “Es una ofensa a Jesucristo, en primer lugar, representado en el templo y a la comunidad que cree en Él”, remarcó.
Los actos vandálicos que se dieron en la Catedral de Mar del Plata han atraído la atención de todo el país. Incluso, el Papa Francisco se expresó al respecto desde Roma. Esta mañana en la 99.9, se refirió al tema el obispo de la Diócesis de Mar del Plata, Monseñor Antonio Marino, quien adelantó: “hemos recibido muchas adhesiones: del Episcopado en su conjunto, asociaciones civiles, el secretario de Culto de la Nación y la provincia, el cuerpo consular, agrupaciones políticas, variadas instituciones de la comunidad”.
Fue unánime el apoyo para con la Iglesia después de los hechos conocidos públicamente, a los que Marino definió como “una ofensa a Jesucristo, en primer lugar, representado en el templo y a la comunidad que cree en Él. Cuando pienso quién es el mayor perjudicado en todo esto, la respuesta es siempre la misma. El peor perjudicado es la misma persona o personas que cometieron este grave delito o pecado. Reaccionamos como cristianos, hiriendo la conversión del corazón. En cierto sentido, ignoran lo que hacen”.
Pero por otro lado, comprende que los autores del hecho sabían lo que estaban haciendo, y parece que hasta actuaron con la clara intención de generar daño. “En otro sentido, son inexcusables. Tienen la conciencia de la gravedad de lo que hacen y buscan ofender. Pero por otro lado, si lo pudieran medir en su verdadera dimensión, son dignos de toda lástima”, remarcó el Obispo.
Los autores de las agresiones aún no fueron identificados, pero el máximo responsable de la Iglesia Católica en la ciudad indicó: “aquí todavía no tenemos una noción muy clara de identidad, lo que tenemos claro es que tuvieron una voluntad expresa de ofender. El modo como han ensuciado el altar y la imagen de Santa Cecilia, la violación y los desparramos de las reliquias de los mártires y los santos. El móvil es ofender, porque uno no ve que quisieran robar”.
A nivel mundial, cuestiones de este estilo se repiten: “hay una persecución a los cristianos y se ve en todas partes. Hoy, Occidente no toma conciencia de que hay muchos cristianos católicos que sufren graves persecuciones y mueren cotidianamente. Hay una persecución ideológica, más sutil y hasta verdadera discriminación”.
Estos hechos han movilizado a la comunidad católica, que piensa tomar mayores recaudos para que no se repitan situaciones así. “Esto nos obliga a sentarnos y pensar mejor. El problema es que hay como una escalada de hechos delictivos. La Catedral es amplia y grande. Tenemos dos personas que están constantemente cuidando el lugar, pero tendremos que mejorar este aspecto. Habrá que trabajar en mejorar la verdadera calidad humana”, concluyó Marino.