En el proyecto participarán Italia, Francia, Alemania, Reino Unido, Suiza, Dinamarca, Bélgica, Noruega, Suecia y los Países Bajos. Llegarán a una profundidad de 2.730 metros para hallar muestras de hielo de unos 1,5 millones de años.
“Queremos perforar un núcleo de hielo que nos remonte a un millón y medio de años atrás”. La síntesis del profesor Olaf Eisen, el coordinador del proyecto antártico Beyond EPICA, es breve pero exacta. Ese pasado remoto encierra algunas de las respuestas más interesantes sobre el papel de los gases de efecto invernadero y las relaciones entre el ciclo del carbono, las capas de hielo, la atmósfera y el comportamiento del océano, que podrían ayudar a los científicos a diseñar estrategias eficaces de mitigación y adaptación al cambio climático.
Hasta el momento, los especialistas no encontraron muestras que proporcionen evidencia real sobre los mecanismos del cambio climático en épocas tan antiguas. Eisen, investigador del Instituto Alfred Wegener alemán, adelantó en diálogo con ambito.com que el principal descubrimiento que podrían obtener es “la composición de la atmósfera en términos de gases de efecto invernadero, principalmente dióxido de carbono y metano”.
Sobre todo, durante la transición de los ciclos glaciales en el período del Pleistoceno medio, que guarda aún muchos interrogantes para los especialistas. “Es necesario comprender esos procesos en el sistema climático de la Tierra, no entendemos completamente qué impulsó la transición y los cambios de los períodos glacial-interglacial”, agregó.
El antecedente
El límite temporal lo marcó el primer proyecto europeo para la extracción de hielo en la Antártida (European Project for Ice Coring in Antarctica o EPICA), que obtuvo muestras de hielo con una antigüedad de 800.000 años.
Desde 1996 a 2004, los investigadores perforaron el suelo antártico y reconstruyeron la historia del clima de esos tiempos. Cada centímetro del núcleo helado cuenta: un metro de largo contiene diez mil años de historia climática. Al mismo tiempo, lograron medir concentraciones de los gases de efecto invernadero más importantes en las pequeñas burbujas de aire atrapadas en el agua helada. Las conexiones que encontraron fueron claras: cuando el clima del planeta era frío, había una cantidad considerablemente menor de dióxido de carbono y metano en el aire que en períodos más cálidos.
En el proyecto participarán 10 países: Italia, Francia, Alemania, Reino Unido, Suiza, Dinamarca, Bélgica, Noruega, Suecia y los Países Bajos, que durante tres veranos antárticos, desde mediados de noviembre hasta principios de febrero, perforarán a una profundidad de 2.730 metros para encontrar el preciado hielo de un millón y medio de años.
El punto seleccionado, luego de una serie de vuelos en los que utilizaron un radar para analizar las capas de hielo debajo de la superficie, es uno de los lugares más áridos de la Tierra, donde la temperatura media anual es de 54.5° bajo cero. Ese sitio ofrece una buena resolución en las muestras y la seguridad de que no hay riesgo de derretimiento pese al flujo de calor proveniente del interior del planeta.
“Las perforaciones costarán alrededor de € 30 millones y la financiación comienza en junio. La primera temporada de campo logístico en la Antártida se desarrollará entre 2019/20 y la temporada de perforación empezará entre 2021 y 2022”, detalló Eisen.