Roy López Molina, concejal rosarino por el PRO, dialogó esta mañana con la 99.9 sobre el proyecto que impulsa en su ciudad para eliminar los cuidacoches. Explicó que “la mayor parte están organizados en bandas y tienen zonas donde actúan, como boliches o zonas cercanas a canchas de fútbol. Creemos que se debe avanzar en una respuesta clara y contundente”.
La regulación de los cuidacoches sigue siendo una tarea difícil de llevar adelante para los gobiernos. En muchos casos, porque se trata de organizaciones delictivas que recaudan dinero extorsionando a los conductores al momento de estacionar.
En Rosario, el concejal del PRO Roy López Molina lleva adelante un proyecto para abordar el tema. Esta mañana en la 99.9, destacó que “es un problema de las ciudades grandes. Cuando aparece, la primera respuesta que se intenta dar es intermedia: intentar registrarlo. A mi entender, no es una solución efectiva”.
El esquema de trabajo de los cuidacoches se ha modificado mucho en los últimos años, y ahí radica el principal problema: “hace algunos años teníamos algunos pocos cuidacoches, muy amables, que no apretaban a nadie. Pero ahora el fenómeno social es distinto. Hoy, esos casos son los menos, y la mayor parte de los cuidacoches están organizados en bandas y tienen zonas donde actúan, como boliches o zonas cercanas a canchas de fútbol. Creemos que se debe avanzar en una respuesta clara y contundente”.
Los casos de extorsión se han vuelto comunes, estableciendo una tarifa para el estacionamiento en espacios públicos: “en Rosario tenemos casos de personas a las que les han cobrado 50 o 70 pesos por dejar el auto. Ya entramos en la tarifa alta, fija y por adelantado. Esa es la discusión que queremos dar hoy”.
En su ciudad, el oficialismo no ha tenido una posición firme en la lucha contra las mafias que actúan en este ámbito: “la posición oficial del Frente Progresista ha sido de total inacción, excepto en casos donde los propios cuidacoches se han peleado entre ellos y han intervenido. Fuera de eso, no hay una acción deliberada y concreta”.
Por supuesto, el problema no está solamente en la actitud abusiva de los “trapitos”, sino también en el destino del dinero recaudado. “Toda la plata que se recauda no va al bolsillo de la persona que se te aparece, sino que va a formar una caja que no sabemos quién maneja ni qué destino tiene, pero cuenta con la connivencia política y policial”, advirtió el edil.
En Rosario, ya han logrado que el tema sea parte de la opinión pública. “El objetivo del proyecto está destinado a las bandas organizadas. Hay unanimidad en la opinión pública y también desde muchos sectores del arco político que creen que algo hay que hacer. La solución que aparece es el registro, pero no sirve”, indicó López Molina.