El sistema de pensiones de este estado acumuló el doble de su economía, en parte gracias a la pensión estatal, “bastante generosa”, y a un sistema privado bien regulado.
Islandia baraja permitir que los gestores de inversiones adquieran más valores extranjeros para lidiar con el exceso de dinero acumulado por sus fondos de pensiones, informa Bloomberg.
El sistema de pensiones de Islandia, calificado como el mejor en el mundo de acuerdo con el Índice Global de Pensiones de Mercer, había acumulado el doble de la economía del país, en parte gracias a una pensión estatal “bastante generosa” y al sistema privado bien regulado que cubre a todos los empleados que contribuyen con una gran parte de sus ingresos a los fondos de pensiones, que representa al menos el 12 % de sus salarios.
Según el ministro de Finanzas de Islandia, Bjarni Benediktsson, los ahorros de jubilación de los ciudadanos alcanzaron los 6,4 billones de coronas islandesas (alrededor de 49.000 millones de dólares). Mientras, algunos fondos de pensiones ya se acercan al límite de inversiones establecido dado que la legislación vigente limita la porción de las participaciones en el extranjero al 50 %.
“El sistema se ha hecho tan grande”, dijo Benediktsson. “Es obvio que no podemos limitar todas las oportunidades de inversiones al mercado doméstico”, agregó el ministro.
En el contexto de la creciente demanda de inversiones extranjeras, la Asociación de Fondos de Pensión de Islandia propuso eliminar el límite por completo o elevarlo al 60-65 %.
“Debemos escuchar cuando los fondos dicen que necesitan más margen para inversiones extranjeras“, afirmó Benediktsson aunque señaló que “cada paso debe ser pensado”.
No obstante, la propuesta de eliminar el límite de inversiones extranjeras fue recibida con escepticismo por el Banco Central de Islandia. Según el gobernador del Banco, Asgeir Jonsson, los cambios deben ser paulatinos y deben estar en sincronía con los avances de la economía del país, mientras que un cambio drástico en el sistema podría amenazar la estabilidad de la divisa nacional en medio de la disminución del número de los viajeros extranjeros que visitan el país, que depende fuertemente del turismo.