El analista Enrique Zuleta Puceiro, dejó su impresión en la 99.9 sobre las consecuencias de la muerte del fiscal Alberto Nisman. Destacó que “la sociedad está unida en sus preguntas, pero también en sus dudas, prejuicios, impaciencias y demandas”.
Más allá de la causa judicial que se abrió luego de la muerte del fiscal Alberto Nisman y de las múltiples variables políticas que se incluyeron después de la fuerte denuncia que hizo pública antes de morir, hay todo un cambio social que se generó a partir de ese momento.
El analista Enrique Zuleta Puceiro se refirió a ese punto en la 99.9 donde destacó que “cualquiera sea el alcance real de lo que Nisman quiso poner en marcha, el proceso que desencadenó tiene poco que ver con eso. Hoy se parece mucho a una crisis de legitimidad, la sociedad cuestiona muchas cosas hoy principalmente al gobierno y a la justicia poniéndola en el centro del escenario”.
Lejos de pensar en una idea única de lo que la democracia representa para un país, agregó que “las democracias no son como pensamos y decimos, una especie de escenario transparente y deliberativo. Son también pasiones, resentimientos, narcisismos y muchas cosas más. Existen poderes también”.
Todo se cuestiona hoy y es un valor que la sociedad argentina se debía así misma para encontrar respuestas: “el país volvió a plantearse asignaturas pendientes en la democracia. La sociedad está unida en sus preguntas, pero también en sus dudas, prejuicios, impaciencias y demandas. Son instituciones que no podrán dar una respuesta”, aclaró Zuleta Puceiro.
En oposición a lo que la gente reclama todo el tiempo para el analista será imposible encontrar la verdad: “la justicia no dará la verdad, sino una verdad jurídica que es parcial y a la cuál se llega a través de distintos procesos y sistemas probatorios. A veces el que tiene una razón valedera pierde porque tuvo un mal abogado y quien no tiene una razón gana porque tiene un buen abogado”, ejemplificó.
Tampoco piensa que la sociedad es anómica como opinan muchos actores políticos de nuestro país, sino que “la ley no es respetable, no es que la sociedad es anomica. En los últimos años, leyes importantísimas se podrían haber aprobado por consensos y deliberaciones abiertas, pero se decidió aprobar a la fuerza porque eso genera una sensación de superioridad. Eso genera que las leyes no sean respetables”.
El escenario en el inicio del año cambió rotundamente y ha convulsionado la política de cara a las elecciones de octubre: “íbamos a unas elecciones muy tranquilas y de repente a esa olla que iba a fuego lento, le subieron el fuego al máximo y hoy parece que todo hierve”.
De todas maneras, no descartó a Cristina Fernández como candidato o la posible victoria nuevamente del kirchnerismo: “los números dan. El 30% a favor está muy cerca del piso que tuvo el peronismo oficial. El espacio que ocupa el gobierno confian que entre un 30 y 40% no es una cifra inalcanzable. Hay un 60 y pico de por ciento de la sociedad que rechaza a Cristina como candidata, pero el resto no”, opinó finalmente.