El documental dirigido por Miguel Rodríguez Arias intentará contar la historia del hombre detrás del líder, revelar los motivos que derivaron en su elección y trazar un mapa de su primer año de gestión al frente de la Iglesia Católica.
No es necesario decir que desde su nombramiento al frente de la Iglesia Católica, cuya comunidad es la más vasta del planeta y la dominante en la Argentina, la figura del Papa Francisco (conocido hasta hace poco como Jorge Bergoglio) se ha convertido en una de las más populares del país y, por qué no, del mundo entero. Si hasta consiguió disputarle el trono a Lionel Messi justo en el año del Mundial de Fútbol. Parece poca cosa o un comentario gracioso, pero es mucho más que eso: es un síntoma.
Porque, más allá de las opiniones y las voces críticas, Francisco ha revolucionado módicamente la Iglesia Católica (que no es poco) y se ha ganado el corazón de millones de fieles (y no tan fieles). Por eso no sorprende y casi parece una obviedad que hace poco haya comenzado el rodaje de Francisco de Buenos Aires, primer documental basado en la vida del Papa argentino.
Se trata de una coproducción entre Argentina e Italia, dirigida por el documentalista Miguel Rodríguez Arias en base a un guión propio. La película se está filmando en forma simultánea en ambos países y ya ha sido declarado de interés cultural por el Ministerio dei Beni e delle Attivitá Culturali de Italia.
El documental, que contará con música original de Willy Quiroga al frente del mítico grupo de rock argentino Vox Dei, se propone dar a conocer al Papa Francisco a través de su vida, de sus palabras y del testimonio de quienes más lo conocen. De hecho, la lista de entrevistados que participarán del film incluye desde la periodista Elizabetta Piqué y Yago de la Cierva, especialista en comunicación en situaciones de crisis del Vaticano, a María Elena Bergoglio, hermana de Francisco, entre otros.
También cuenta con el aporte del orfebre Juan Carlos Pallarols, un artista que es marca país y cuenta con el apoyo del Ministerio de Turismo. Pallarols está haciendo un cáliz de plata (austero, como corresponde a un Papa ídem), que recorrerá diversas ciudades importantes del mundo para que la gente deje su impronta en él, con punzón y martillito, o escriba unas líneas en los libros que lo acompañan. Terminado el trabajo, cáliz y libros serán entregados en mano a Francisco en el Vaticano.
Fuentes cercanas afirman que Francisco de Buenos Aires será necesariamente una película biográfica que retratará desde la infancia hasta la madurez de Bergoglio, el argentino que ahora es el jefe de un Estado muy rico y poderoso, con bienes en todo el mundo, que según se estima cuenta con 1200 millones de fieles. Un Estado y una Iglesia al que el Papa Francisco está intentando transformar.
Este ambicioso proyecto tiene, sin embargo, un origen sencillo y casi obvio. “La elección del Papa argentino me sorprendió como a millones de compatriotas”, dice Rodríguez Arias, “pero en mi rol de documentalista me dediqué a investigar y así llegue a leer el único libro que existía en ese momento sobre él: El Jesuita, publicado en 2010”.
Un paso más allá de la mera curiosidad, el director buscaba en ese libro las primeras excusas para su película.
“Quería descubrir las razones para que el Colegio Cardenalicio se hubiera inclinado por el primer Papa latinoamericano y jesuita en la historia de la iglesia”, confiesa.
–¿La película tendrá un punto de vista argentino?
–En principio se trata de una coproducción con Italia que se va a estrenar en muchos países, por lo cual no debe tener una mirada solamente local. Pero Bergoglio vivió toda su vida en Argentina, ama Buenos Aires, el tango, el fútbol, a Borges y Marechal. Y además de la gran cultura que posee, es un hombre que ha transitado las calles y eso le da una experiencia muy particular, que ahora pone en práctica a nivel mundial. El viaje a Brasil fue una muestra de su extraordinaria capacidad de comunicación.
–¿Sobre qué ejes narrativos se moverá el relato?
–La personalidad del Papa; su infancia y adolescencia; sus amigos; la vocación sacerdotal; las características de los jesuitas, muy diferentes a otras órdenes. Su actitud durante la dictadura. Las diferencia con Juan Pablo II y Benedicto XVI, y la similitud con Juan XXIII. Su fanatismo por San Lorenzo. El diálogo interreligioso con judíos y musulmanes, y su compromiso con los curas que trabajan en las villas. Los viajes a Lampedusa y Brasil, su intervención para detener la invasión a Siria. Pero fundamentalmente los cambios que está produciendo en la Iglesia, que son resistidos por los sectores conservadores: los cambios en el muy sospechado banco del Vaticano, los cambios en la Curia, el nombramiento de los cardenales que integran el G8 para democratizar el gobierno de la Iglesia, su actitud con gays y divorciados. Y la austeridad que practicó toda su vida, que le da autoridad ante los líderes del mundo y credibilidad frente a la gente, más allá de las creencias religiosas.
–¿Contará con la participación de Francisco?
–Me parece que un testimonio suyo podría restarle credibilidad a la película. En cualquier caso falta bastante trabajo y si en el proceso surgiera la necesidad de su participación, obviamente que lo intentaríamos. Por el momento no ha surgido.
–¿Y sobre qué material trabajarán?
–El material de archivo que nos estimuló a realizar el documental sólo cuatro días después de la elección y el que reunimos durante su primer año de gestión. Cuando se estrene el documental tendrá plena actualidad: estamos realizando la primera película del Papa para estrenar en cine y eso no es menor.
–¿Cómo surgió la colaboración con Quiroga y Vox Dei, banda cuyo nombre y obra remiten claramente a las raíces del cristianismo?
–Justamente, La Biblia de Vox Dei (una obra bellísima que sabemos le gusta a Bergoglio) fue la que nos dio la idea. Cuando nos reunimos con Willy congeniamos enseguida y ellos se pusieron a trabajar en un boceto. El material que trajo, una banda especialmente pensada para la película que no tiene nada que ver con La Biblia, nos encantó. Estamos todos muy entusiasmados.
–¿Su opinión sobre el personaje cambió luego de la investigación que realizó para poder hacer la película?
–Visualizando material de sus homilías, sus discursos y el programa que hacía con el rabino Abraham Skorka empecé a descubrir quién es realmente Jorge Bergoglio. Desde el día de su elección, cuando salió al balcón a saludar, empecé a comprobar lo que a partir de la investigación estaba intuyendo. Sobre todo la coherencia entre el discurso y la práctica, que no se conocía por el bajísimo perfil que cultivaba como Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina.
–¿Qué trascendencia cree que tendrá el papado de Francisco en la historia?
–Creo que es un líder que se destaca entre los más importantes no sólo por su nivel intelectual y experiencia de vida, sino por su coherencia. Su liderazgo trasciende lo religioso, entra en el campo sociológico y político. Pero no político partidario, como alguna vez se pensó: él opina como jefe de una iglesia en crisis, con mucha corrupción, con asignaturas pendientes. Como opinaba en Argentina, cuando criticaba fuertemente la trata de personas o la explotación de menores en la Ciudad de Buenos Aires, y al mismo tiempo criticaba actitudes de la iglesia que presidía o de organizaciones vinculadas a ella, como Caritas. La autocrítica valida la crítica. Como cuando él mismo se reconoce como pecador y enuncia algunos de sus pecados.