El documento permite entrar a 129 países sin visa previa, lo que lo coloca en el puesto 16 del ránking mundial y primero en la región, seguido de cerca por Brasil. Según el trabajo de una consultora canadiense, el documento que servía de salvoconducto en la Primera Guerra Mundial, mantiene su poder en migraciones.
El “Yo, argentino” que hoy se utiliza para evitar tomar partido por algo o por alguien, nació en la primera Guerra Mundial cuando, aprovechando la neutralidad del país en el conflicto, ante cualquier dificultad que se les presentaba a los argentinos que viajaban por Europa con las autoridades de los países en pugna, exhibían su pasaporte acompañado de la frase y las barreras se levantaba.
Los años pasaron y los países apostaron a las visas para poner trabas al ingreso de turistas e inmigrantes, por lo que contar con un pasaporte de un país que no requiera ese tipo de autorización es lo que define a una nacionalidad como más o menos “ciudadanos del mundo”.
La consultora canadiense Arton Capital realizó un índice de pasaportes que fue publicado por el Washington Post y que reprodujo la agencia Telam, en el que ordena los documentos de acuerdo con su “potencia”, calculada por el número de países que los dueños del documento pueden visitar sin una visa por adelantado, o mediante la obtención de una al momento de arribar.
El más poderoso es el de los EE.UU.. Ese “librito” azul permite acceder a 147 países sin visa anticipada. Privilegio que comparte con los que poseen el del Reino Unido.
En segundo lugar quedaron Francia, Corea del Sur y Alemania (145); seguidos por Italia y Suecia en el tercer puesto (144).
Pero el dato que despertó interés en esta parte del mundo es que el documento argentino se encuentra en el puesto 16, compartiendo el lugar con Israel, ya que con él se puede acceder a 129 países sin visa previa.
Un puesto atrás quedó Brasil, con acceso a 128, Chile en el puesto 19 con 124; y Uruguay en el lugar número 25 con acceso a 113 países sin visa previa.
Un dato llamativo de este ránking es que, si no tuviera rango de Jefe de Estado, el documento de Jorge Bergoglio lo habilitaría a entrar a más países sin ese trámite previo que el que emite el estado Vaticano (113 países, lo que lo deja en el puesto 25).
Pero así como están los ciudadanos más “globales”, están aquellos que tienen menos posibilidades.
Entre los pasaportes menos deseables están los de los ciudadanos de Islas Salomón, Myanmar, Sudán del Sur, Santo Tomé y Príncipe y los Territorios Palestinos, que clasifican en el lugar número 80 ya que pueden acceder sólo a 20 países sin visa por adelantado.
También hay casos especiales como el de Cuba que, aunque tiene acceso a 50 países sin visa, muchos de ellos no tienen vuelos a la Isla, por lo que los cubanos tienen que pasar por un tercer país que sí les exige esa documentación.
Los requisitos de visado previo están determinados por los acuerdos internacionales y la inserción internacional de los países, lo que depende de cuestiones tan variadas como sus economías, seguridad o lucha contra el terrorismo.
Los requisitos para obtenerla pueden ir desde informar fecha de entrada y salida hasta contar con una carta de invitación, demostrar que uno tiene un trabajo estable en su país de origen o que de algún modo está arraigado, además de tener que pagar considerables aranceles.