Narendra Modi alude al conflicto con el vecino Pakistán al presentar dos sistemas de uso militar.
La campaña electoral arranca en India con la exaltación del poderío militar y aeroespacial. Si la semana pasada, Nueva Delhi estrenó un sistema de misiles con capacidad para derribar satélites espaciales que hasta ahora solo tenían Estados Unidos, Rusia y China, este lunes lanzó un nuevo satélite para uso militar. Este salto tecnológico ofrece al país la capacidad para destruir objetivos en el espacio, apenas dos meses después del enfrentamiento con Pakistán en la disputada región de Cachemira que originó la mayor crisis militar en décadas entre las dos potencias nucleares.
A 10 días del inicio de las elecciones generales, el primer ministro indio, Narendra Modi, intenta revalidar, con el éxito de la carrera espacial, la mayoría absoluta que consiguió en 2014. Es un paso más en su estrategia de exaltación patriótica ante unos comicios que, según las encuestas, esta vez no tienen un claro vencedor.
“Felicito a todos los científicos que han hecho esto posible y que hacen de India una nación más fuerte”, dijo el pasado miércoles Modi, del nacionalista y conservador Bharatiya Janata Party (BJP), después de un ejercicio en el que un misil derribó uno de los satélites propios. Este sistema permite atacar satélites enemigos, anulándolos o bloqueando sus comunicaciones. India es el cuarto país en emplear esta tecnología militar.
Este lunes, un cohete indio logró ubicar en un único vuelo un satélite nacional, EMISAT, y otros 28 extranjeros, la gran mayoría de Estados Unidos y uno de España, en tres órbitas diferentes. EMISAT proporcionará a las Fuerzas Armadas indias información de inteligencia electrónica mediante la identificación de radares enemigos. “No solo somos capaces de defendernos por tierra, mar y aire, sino también en el espacio”, resumió la semana pasada el dirigente, en alusión al último enfrentamiento con Islamabad.
Debido a la escalada de tensión con el país vecino, la seguridad nacional ha centrado el discurso de campaña del partido de Modi. Tras el desastre de los comicios regionales de diciembre, en los que el BJP perdió tres Estados cruciales en favor del histórico Partido del Congreso, la crisis con Pakistán reavivó la popularidad del primer ministro. Su imagen sigue, sin embargo, lastrada por la ralentización económica, la crisis del sector agrícola y el desempleo, del 7,8% en las ciudades y del 5,3% en el entorno rural. Para el 40% de los consultados en un sondeo publicado por el diario Times of India, el paro es el principal problema del país.
El principal rival de Modi, Rahul Gandhi, ha centrado su programa en medidas sociales, como una renta básica de 12.000 rupias (unos 154 euros) para los 250 millones de ciudadanos más pobres. Ni el rápido crecimiento del PIB, ni el poderío militar y espacial parecen hoy avales suficientes para que la formación de Modi revalide la mayoría que logró en 2014.