El periodista Fabián Magnotta, en su libro “El lugar perfecto”, cuenta la historia de los vuelos de la muerte en la zona de El Delta de Entre Ríos. En el aire de la 99.9, contó detalles de su investigación y destacó que “muchos testigos tenían miedo de hablar a pesar de que haya pasado tanto tiempo”.
La Dictadura Militar tiene cada vez más investigaciones que comprometedoras. El periodista Fabián Magnotta, autor del libro “El lugar perfecto”, indagó sobre los vuelos de la muerte que se realizaron en la zona de El Delta de Entre Ríos durante aquellos años.
Esta mañana en la 99.9, brindó los detalles sobre su investigación y los principales puntos que se desprendieron de ella. “Empezó como investigación en el año 2003, con el primer testimonio de un policía que había trabajado en El Delta, en el extremo sur de la provincia, donde concluyen los ríos Paraná y Uruguay. Relató que cuando había trabajado allí, una novia le comentó que sus padres habían encontrado un tambor de 200 litros de gasoil con un cuerpo adentro tapado con cemento y la cabeza afuera. Sin saber la procedencia, le habían dado sepultura”.
Ese fue el detonante para buscar otras voces que pudieran confirmar lo dicho por la mujer. “Empezamos a buscar testimonios. Aparecieron dos o tres pobladores de la zona que relataban la presencia de helicópteros verdes sin numeración y aviones que largaban bultos al delta. A partir del testimonio de una de las pobladoras, que indicó que era el lugar perfecto para la desaparición de personas, encontré el nombre del libro”, contó.
El silencio de todos estos años fue también un valor agregado en las duras historias que vivió la gente de la zona: “nos hemos cruzado con testimonios duros de gente a la que le hacía mal el recuerdo. Pensé que el principal obstáculo que iba a tener era el paso del tiempo. Sin embargo, fue la perdurabilidad del silencio. Muchos testigos o no hablaron o tenían miedo de hacerlo, a pesar de que ha pasado tanto tiempo. Esto se explica por las intimidaciones a las que eran sometidos por parte de Prefectura y la Policía”. Después ejemplificó: “cuando un ranchero que encontró los cuerpos fue a denunciarlo, le dijeron que vaya derechito para su casa si no quería terminar igual”.
Teniendo en cuenta lo que pudo recopilar y lo que ya estaba identificado previamente, Magnotta remarcó: “armé una cronología histórica de los vuelos de la muerte. Me encontré con que habían comenzado al mes del Golpe en Uruguay, zonas como Punta del Este o Montevideo. Después aparecen en la Costa Atlántica y en el Delta. La dictadura uruguaya se le quejó a la dictadura argentina por la cantidad de cuerpos que aparecían en la costa”.
A pesar de ello, siempre quedará en duda el número final de personas desaparecidas: “la cantidad de desaparecidos es imposible saberla. Sin dudas, son miles. Pero sólo fueron localizados e identificados 400 cuerpos”.
Volviendo a su trabajo de investigación sobre la procedencia de esos vuelos, el periodista afirmó que “los testimonios coinciden en que los vuelos venían del lado de Buenos Aires a Entre Ríos. Desde el puente Zárate-Brazo Largo hasta el Obelisco tenemos la ESMA, Morón, San Fernando, Tigre; todos lugares donde funcionaron centros de detención clandestina. La responsabilidad está sobre la Armada y la Prefectura, que dependía de la Armada en ese momento; y concretamente de la presencia de Massera, que conocía esta zona e iba a pasear frecuentemente”.
Evidentemente, en ese momento las Fuerzas Armadas y las policías locales estaban al tanto de lo sucedido, pero no hacían nada. Por eso, Magnotta llegó a la conclusión de que “algunas fuerzas se la están llevando liviana en los juicios. Creo que Prefectura Nacional y la Fuerza Aérea han tenido una responsabilidad más importante que la que se les da. Hay dos responsabilidades en el tema del Delta. Primero, la de quien secuestraba, lanzaba y mataba a las personas. Y después, la de Prefectura y la Policía de Entre Ríos, que cumplían el rol de efectivizar las desapariciones, por encubrimiento o por incumplimiento de sus deberes”.