Brian de Mulder, un joven belga de 19 años de edad, es uno de los cientos de europeos las autoridades buscan en Siria.
La BBC dialogó con la familia de Brian, a quien le mostró un video donde se ve a un grupo de combatientes rebeldes preparándose para rezar, alineados en filas, con sus armas a sus pies. Un joven entra en la toma y saca su rifle antes de volver brevemente a la cámara. “No es el Brian criado por su madre”, asegura Ingrid, su tía. Y agrega: “Brian era atlético, deportivo, ayudaba a todo el mundo. Nunca lo vi así. Para mí es un robot programado”. La BBC no puede verificar el video, pero los analistas creen que se filmó en Siria. Detrás de las imágenes, se escuchan voces europeas.
La tía de Brian explica que el joven se convirtió al Islam hace dos años. Al principio, su familia lo apoyó. Pero luego vieron que se fue volviendo cada vez más radical, al involucrarse con un grupo conocido como Sharia4Belgium. Desde entonces, la preocupación de la familia comenzó a crecer, a tal punto que se mudaron a una casa nueva el verano pasado, a 100 millas de Amberes. Pero no funcionó. “Comenzó a decir ‘yo puedo hacer lo que quiero y aunque me muera, no tengo miedo, voy a ir al paraíso de Alá'”, comenta Ingrid.
Para enero de este año, Brian ya había cambiado su nombre por el de Abu Qasem Brazili. Su hermana Ashia, de 12 años, fue la última en verlo. “Brian le dijo que se estaba despidiendo. ‘Te quiero, pero nunca me volverás a ver’, le dijo“, cuenta Ingrid. Hace dos semanas, la policía belga allanó decenas de casas de personas vinculadas a Sharia4Belgium. Según las autoridades, durante el último año han recibido numerosas denuncias por un grupo acusado de reclutar a más de 30 personas para combatir en Siria. “No todos ellos son radicales cuando se van. Pero lo más probable es que muchos se radicalicen durante la capacitación”, señaló Gilles de Kerchove, coordinador de la División Antiterrorista de la UE.
Además, explicó que Reino Unido, Irlanda, Francia, Dinamarca, Bélgica, los Países Bajos y otros países de la UE tienen un número significativo de ciudadanos participantes en los combates: “serán veteranos y pueden inspirar a otras personas. Todo esto puede tener un impacto de radicalización”.
Un estudio realizado por el King’s College, un centro universitario en Londres, señala que 600 personas procedentes de Europa han tomado parte en el conflicto desde que comenzó hace dos años. Estados Unidos y la Unión Europea se han negado a suministrarles armas a los rebeldes, ya que creen que puedan terminar en manos de los extremistas islámicos inspirados por al Qaeda.
Jacques Beres, cofundador de Médicos Sin Fronteras, dice haber tratado a cinco europeos heridos en Siria durante el año pasado. “Dos hermanos eran de Francia, otros dos eran del Reino Unido y había un ciudadano sueco que era de origen sirio. Parecían estar completamente perdidos. Como si fueran máquinas. Era aterrador”.
En toda Europa, las agencias de Inteligencia han intensificado las investigaciones debido al creciente número de combatientes europeos en Siria. Los Países Bajos elevaron el nivel de amenaza terrorista de “limitada” a “sustancial” el mes pasado, ya que hay varios ciudadanos radicalizados que regresan. Por su parte, el Reino Unido incrementó sus esfuerzos para rastrear cómo se reclutan y financian combatientes. En Bélgica, algunos políticos han tomado medidas preventivas para detener los viajes de jóvenes musulmanes belgas. A modo de prevención, la UE intenta desarrollar una base de datos a nivel europeo de pasajeros aéreos, que en el futuro podría ayudar a localizar a estos individuos.
Por su parte, la familia de Brian contó que el joven puso un aviso en su página de Facebook diciendo “Ustedes ya no son mi familia. Mis hermanos musulmanes son ahora mi familia. Si alguna vez vuelvo a comunicarme con ustedes, deberán estar de rodillas pidiendo perdón y haberse convertido al Islam primero”.