El ex titular del Banco Central asegura que, sin vacío de poder, “la economía se arregla en tres meses”. El rol de Kicillof.
“No hablaremos del dólar”, anticipa Javier González Fraga, economista que secundó a Ricardo Alfonsín en la fórmula presidencial de la UCR en 2011. El ex presidente del Banco Central (1989 y 1990, con intervalos), cumple. Para él, el problema es político: “hay un vacío de poder”. Al próximo gobierno “le lloverán inversiones”, asegura el experto, quien, por estos días, continúa asesorando a dirigentes del radicalismo. El problema es político…
Exactamente. Ella está hecha una reina: aparece cada tanto, tomando medidas. Está 10 puntos físicamente. Pero está abrumada, enojada con la realidad. Antes, tomaba todas las decisiones. Hasta las de corto plazo. Ahora, dejó de hacerlo y, cada tanto, dice: “vos, te vas. Vos, te quedás”. Esta es la madre de todos los problemas. No quiero decir “crisis de gobernabilidad” porque me tildan de “destituyente”. Pero describo lo que está pasando. Si no se convoca a un diálogo, irá de mal en peor y no habrá medida económica que alcance. Se parecerá mucho al vacío de poder de 1982: en marzo, vino (Lorenzo) Sigaut y dijo: “30 por ciento de devaluación y el que apuesta al dólar pierde”. Tres meses después, devaluaron otro 30 y, a los tres meses, otro 30. Sin vacío de poder, la economía se arreglan en tres meses. ¿Cómo?
La brecha cambiaria es animarse a liberar el mercado financiero y turístico. Se quedaron cortos con los $ 8. No por los 8, sino porque hay que rodearlo de una política antiinflacionaria. Un 5 por ciento de inflación durante dos meses se come la mitad del ajuste. Devaluamos un 64 por ciento en un año.
¿Había que devaluar así?
Por supuesto. Era mucho peor seguir devaluando diariamente porque demoraba la liquidación de exportaciones y apresuraba a los importadores a pagar. Saliste de eso, bien. Ahora, tendría que estar en el marco de una política antiinflacionaria para manejar expectativas. Y, en lugar de querer controlar el paralelo, tendrían que haberlo liberado. Uno tiene que entender –a mí, me tocó en 1989– que, cuando se carece de credibilidad, lo mejor es que opinen los privados. Pero en una vía legal, en la que pueda aparecer la oferta.
¿Y la tasa?
Es curioso que el Gobierno suba la tasa de interés. Me parece un disparate. No me molesta que esté en 25; sí, que la quieran llevar a 35. Le preguntaría a los bancos a qué tasa alguien que consigue dólares a $ 8 dejaría de comprarlos para colocar el dinero. La respuesta sería: “a ninguna”. Si te dicen eso, ¿cuál es la tasa? ¿50? ¿40? En seis meses, estamos hablando de la quiebra de muchas empresas. Por favor, no. ¿Puede Kicillof recuperar credibilidad?
Es muy difícil. Es un hombre que está enojado con la realidad. No se lleva bien con el capitalismo, tiene muchas trabas ideológicas, por lo tanto, el mercado lo enoja. En un mercado capitalista, no se logrará que ningún empresario vaya a pérdida. Podrá haber faltante pero no se conseguirá que haga una transacción que no le convenga. Esto no es Venezuela, donde el petróleo es el 85 por ciento de la actividad económica. Acá el Estado no maneja ni el 3 por ciento de la inversión pública.
¿Qué espera para este año?
Será complicado. Por la política. Hay gente muy pesimista que piensa que ella no llega a fin de año. No creo que haya que apostar a eso. Habrá un vacío de poder que le achicará el margen de maniobra. Quiero que llegue a 2015 para que los argentinos aprendamos cuáles son las consecuencias cuando se apoyan los populismos. En octubre, tendremos la posibilidad de votar una alternativa al peronismo populista y mafioso. Ella tendrá dos caminos por delante: convoca a un diálogo o tendrá que pensar en ceder el poder.
¿Hay peligro de estanflación?
Ya estamos. Después de las elecciones, mi pronóstico era crecimiento 0 e inflación de más del 30. Con la devaluación, estamos muy cerca de una recesión, especialmente, si siguen subiendo la tasa. Y muy cerca de una disparada inflacionaria. Los empresarios enfrentarán una negociación salarial muy distinta. Las dos paritarias son muy complicadas: la privada estará dominada por el conflicto político y, en la pública, la Policía rompió el tablero. Y el Gobierno no tiene un discurso de austeridad. ¿Cómo remonta esto el próximo gobierno?
Le será muy fácil. Sobra dinero y la Argentina es una oportunidad. Los hedge funds están agazapados. Descontaron que Cristina no es para siempre. Les alcanza. Aunque haya US$ 20 millones de reservas. Abrís la puerta y entran. Los argentinos estamos con dólares hasta acá. Nadie quiere invertir en los EE.UU. al 1 por ciento.