El abogado Julio Hikilo anticipó que el aumento otorgado a los policías no es un tema cerrado. Esta mañana, en diálogo con la 99.9, se refirió a la sindicalización de la fuerza y recordó: “hace tres años que impulsamos la necesidad de que los policías tengan una organización que pueda ser de carácter sindical o de otra naturaleza”.
En los últimos días, se ha instalado el debate por la sindicalización policial; especialmente, después del acuartelamiento en Mar del Plata. Una de las personas que siempre ha planteado este tema es el abogado Julio Hikilo. Esta mañana en la 99.9, explicó por qué sería una medida positiva.
“Hemos impulsado, desde hace 3 años, la necesidad de que los policías tengan una organización que pueda ser de carácter sindical o de otra naturaleza, no se puede seguir con el actual contexto. Hoy, cuando quieren hacer un reclamo, deben hacerlo de manera personal; a la segunda vez que golpean la puerta, empiezan las represalias”, señaló, sobre la situación actual de los efectivos.
La condiciones laborales de los policías son dramáticas hace tiempo, y han derivado en medidas que no reflejan el sentir de toda la fuerza: “estas demandas de mejoras salariales y mejores condiciones laborales, las venimos escuchando hace dos años. Ha habido situaciones dramáticas, como el encadenamiento de algún efectivo frente a la Municipalidad. Si hubiera una organización sindical, una hora de huelga serviría para que el Ministerio de Trabajo dicte la conciliación obligatoria, no se daría la anarquía que hubo ahora”.
El problema que puede traer la sindicalización tiene que ver con la pérdida de poder de las cúpulas: “si se democratizan las fuerzas, los jefes departamentales pierden el poder y la posibilidad de sometimiento. El problema policial aún no está resuelto, y no es ser agorero de malos momentos. No hubo un acuerdo. El Gobernador, que se jacta de ser el dialoguista número 1, no recibe a los trabajadores afectados sino que, buscando una demostración de poder, saca un decreto”.
Hikilo también destacó las responsabilidades políticas dentro del conflicto y, por supuesto, la que le corresponde al Intendente: “hay responsabilidad política del Intendente local, que nunca ha recibido a los policías; no al jefe departamental, sino a los policías. No nos sirve un funcionario corriendo detrás de los hechos vándalos, haciendo un inventario de lo que pasó. Hay un desinterés político importante”.
En el camino a la explosión del conflicto, trataron de advertir a las autoridades provinciales, que no respondieron: “nadie te da una audiencia. Le pedimos a Casal, a Scioli, nadie responde. Lo queremos hacer para contarles que este problema no está siendo atendido, que hay que mejorar el criterio de selección, que hay que democratizar las fuerzas, que hay que formar mejor a un policía. La institución policial cumple un rol fundamental, es el primer contacto que tiene el vecino con las instituciones. Si funciona mal, empieza a hacer agua el sistema democrático”.
Entre los muchos conflictos con los que debe lidiar la policía en lo cotidiano, están los cánones que cobran los jefes de calle para que los oficiales cuiden comercios específicos: “últimamente, las comisarías se convierten en agencias de colocación de hombres, venden el servicio de seguridad pública a empresas privadas”.