Marcos Milinkovic, gran referente del vóley argentino, se retiró de la actividad como jugador. Aunque lo hizo con un sabor amargo. Ahora, se sumará al cuerpo técnico de la selección argentina.
El jugador más popular del vóley nacional y símbolo de la selección argentina, dio por finalizada su trayectoria. Pero su despedida no fue como la hubiera deseado. Además de lidiar con una lesión que lo dejó al margen durante gran parte de su tercera temporada con Buenos Aires Unidos, una pelea con el entrenador Waldo Kantor hizo que en la serie final de la Liga no estuviera incluido en la delegación que logró el subcampeonato.
Marcos viajó a San Juan por su cuenta, vio cómo su equipo perdía la final ante UPCN y así se iba su carrera como profesional. A sus 41 años puede mirar hacia atrás orgulloso por su amplia trayectoria, que incluye cuatro años en Brasil, otros tantos en Grecia y tres en Italia, más un recorrido por los equipos argentinos y su participación en la selección.
Tras la final en el Cantoni, Marcos ingresó y saludó emotivamente a cada uno de sus compañeros, para luego quedar solo. Se sentó en el piso con la mirada perdida y los ojos llenos de lágrimas. Los festejos estaban del otro lado. Sus compañeros fueron a la premiación y después, al vestuario. Milinkovic seguía en la misma posición (no subió a la premiación). Los jugadores de UPCN fueron a saludarlo. Minutos más tarde, se sentó en lo que era el banco de suplentes y rompió en llanto mientras algunos se acercaban para consolarlo. Una triste imagen de un ídolo del vóley que merecía otro final para su carrera.
En declaraciones radiales, Milinkovic habló de lo que fue una despedida dolorosa, lejos de la que cualquier deportista sueña. Y agradeció el afecto de la gente de Mar del Plata en estos últimos tres años, antes de sumarse al cuerpo técnico de la selección nacional como entrenador de atacantes.
-¿Qué sensaciones te dejó esta despedida?
-Ya tenía decidido cuando empezó la Liga que éste iba a ser mi último año como jugador. Lamentablemente, por diferencias con el técnico, no pude terminar como hubiese deseado. Pero fue una experiencia muy linda. El equipo luchó hasta el final. A pesar de no haber podido estar mucho tiempo dentro de la cancha, estoy orgulloso de haber compartido esta Liga con este grupo, aunque no hayamos cumplido el objetivo de salir campeones.
-Tu carrera merecía otro final, ¿considerás que estabas para jugar?
-Me puso muy contento el gran desempeño que tuvo Romanutti, que le tocó reemplazarme. Es un chico que bajó muchísimo la presión, escuchaba mucho las cosas que yo le decía. Estaba jugando a un nivel altísimo. A último momento se necesitaba otra cosa, aparte de buenos números o buenos ataques. Es una de las cosas que traté de aportar por la experiencia que tuve y que le pude haber brindado al equipo. Pero lamentablemente, son decisiones del técnico y no se dio como hubiera querido.
-¿Considerás que tuviste algo de responsabilidad en lo que pasó con el entrenador?
-Nunca fui un jugador polémico. Pude haber tenido discusiones con algunos técnicos por diferencias, pero nunca fui negativo ni problemático con un equipo. Él lo planteó por ese lado. Dijo que yo no jugaba para el equipo, que era negativo, que los jugadores estaban sintiendo eso de parte mía y por eso fue su decisión de no llevarme a San Juan. La discusión que tuvimos dentro de la cancha fue sólo para decirle que Romanutti necesitaba una pausa, porque no estaba pasando un buen momento, no estaba bloqueando, no estaba bien en ataque y creo que era un momento en el cual necesitaba una pausa. Yo estaba dispuesto a entrar y ayudar en lo que pudiera. Pero lo tomó mal, como que yo lo estaba apretando, y nada que ver. Yo quería hacer algo positivo por el equipo porque vi que lo estaba necesitando. El problema pasó por ahí. Pero bueno, ya pasó.
-¿Tuvo algo que ver que vos ya tuvieras definida tu incorporación a la selección argentina?
-Algo cambió a partir del momento en que recibí la propuesta de sumarme a la selección. Él dirá si eso tuvo algo que ver o no. Yo no creo que se hayan mezclado las cosas porque son dos objetivos diferentes. Sí me dolió después de tantos años. Por eso lo que le dije fue “espero que en tu carera deportiva tengas un jugador tan fiel como te fui yo en estos cinco años que estuvimos juntos y me dirigiste”. Siempre fui un soldado fiel que lo banqué en los momentos malos. Creo que ir o no a San Juan con el equipo no hubiera cambiado nada a nivel grupo.
-¿Pensás en un partido despedida?
-Me imaginaba que iba terminar mi carera deportiva entre los doce. Soñaba siempre con levantar la copa y decir que me retiro campeón. El otro gran sueño que tenía era estar entre los doce y decir que después de veinte años de vóley termino mi carera dentro de la cancha, y no sentado en la tribuna.
-¿Cuándo empezás a trabajar con la selección?
-Me incorporo el 13 de mayo a la selección, que es cuando vuelve la mayoría de los jugadores del exterior. A partir de ahí estaremos para trabajar con los que estén. El 19 de mayo jugamos amistosos con Cuba y hacemos la pretemporada con vistas a la Liga Mundial. Agradezco mucho a la gente de Mar del Plata por el cariño que me brindaron en estas tres temporadas, y a toda la gente que hizo posible que tuviera muchas cosas lindas en esta etapa.