La concejal de la UCR, Cristina Coria, responsable además del bloque de su partido, habló en la 99.9 sobre las amenazas que recibió hace unos años del propietario de Nevermind cuando manejaba otro boliche ubicado en la zona de Plaza Mitre. En aquél entonces tenían problemas con los vecinos y uno de ellos era la edil: “recibí mensajes de texto con amenazas, me decían lo que estaban haciendo mis hijos e incluso pintadas que decían Muerte a Coria”, recordó.
La aparición de un grupo nazi que se encuentra amedrentando a distintos actores de la comunidad gay en Mar del Plata ha despertado una fuerte polémica en la ciudad. Sin embargo, aparecen en el pasado de los actores del tema algunos testimonios fuertes que llevan a replantear ciertas situaciones.
Quien se encuentra en el centro de la escena es el propietario del boliche Nevermind que denunció el ataque de estos grupos que denominan como neonazis. Sin embargo, la concejal Cristina Coria, reconoció esta mañana que la misma persona era el dueño de un boliche en zona de Plaza Mitre donde tuvieron una disputa que llegó a fuertes amenazas para la representante de la Unión Cívica Radical (UCR): “es la misma razón social o por lo menos el mismo responsable que tenía un boliche de similares características en la zona de Plaza Mitre donde los vecinos tuvimos un conflicto. Desde la Asociación Vecinal lo denunciamos muchas veces en diversas gestiones y en el marco de esas discusiones, hice una denuncia en la fiscalía porque me sentí amenazada”.
En cuanto a las diferentes formas en las que recibía las amenazas, Coria aclaró que “me llegaban mensajes subidos de tono con mucha violencia. Se había creado un perfil o un sitio donde me atacaban y me decían cosas. Decidí entonces presentarme en la fiscalía cuando me relataron actividades que realizaban mis hijos que eran muy chicos en ese momento. Además, había pintadas que decían “muerte a Coria”, lo cuál era muy fuerte. No pensé que me iban a matar, pero sí que podíamos pasar un mal momento mis hijos o yo”.
A pesar de que sabía de donde provenían todas las amenazas, jamás tuvo un pedido de disculpas al respecto: “en algún momento se dio un corte de la discusión, incluso recibí al responsable de Nevermind que es el que ahora denuncia. Siempre pensé que algún día me pediría disculpas pero nunca ocurrió. Separo lo personal de mis responsabilidades como concejal y las cosas que hay que rechazar”, señaló.
El cierre del tema se dio repentinamente y con una decisión política: “finalmente se dio de baja la habilitación y empezó a ceder el objeto de la discusión porque el boliche ya no estaba. Fue un momento violento porque se estaba incitando a la violencia públicamente en mi contra”.
Hoy la responsabilidad máxima la tiene la justicia federal que es la que debe investigar a las personas involucradas y puntualmente cada uno de los ataques que se denuncian: “hubo una secuencia en este caso, todos compartimos una gran preocupación y la justicia debe tener una mirada integral. No lo minimizo porque los delitos de odio deben ser repudiados cuanto antes y resueltos”. Incluso desde el punto de vista político, Coria intentó ayudar a que la justicia pueda actuar con eficacia: “el día de la conferencia les propuse al resto de los presidentes de bloque ponernos a disposición del fiscal y trabajar con él porque hay que dejar mensajes claros. La justicia tiene que actuar”, concluyó.