El periodista de agenciaciudadana.com.ar de Luján, Osvaldo Cabral, habló esta mañana en la 99.9 sobre la modalidad de robo de caballos para luego ser faenados. “Esto sucede por la falta de controles e irregularidades de quienes faenan los equinos. Hay camiones que se dedican a esto, y uno lo ve todos los días en la ruta”, resaltó.
En las últimas horas, se dio a conocer un curioso caso en la ciudad de Luján, donde fueron encontrados caballos que habían sido robados y estaban listos para ser faenados. El episodio generó una repercusión nacional inmediata, pero para los habitantes de esa zona de la provincia de Buenos Aires, no sería ninguna novedad.
Así lo expresó esta mañana en la 99.9 el periodista Osvaldo Cabral, de agenciaciudadana.com.ar, quien destacó que la historia del robo de caballos es algo viejo. “En realidad, la faena se hace de manera irregular. En la zona se roban muchos caballos y no sólo comunes, sino también de polo, ya que la capital de este deporte es Open Door, perteneciente al partido de Luján. Esto tiene que ver con la falta de controles e irregularidades de quienes faenan equinos”.
Incluso aportó un dato para entender la situación, que tiene que ver con una complicidad evidente de otros sectores de la sociedad para que todo esto suceda: “Argentina es un país exportador, pero no hay campos productores de equipos, son caballos viejos. Hay mucho robo, e incluso hay camiones que se dedican a esto y uno los ve todos los días en la ruta”.
A pesar de lo evidente del negociado, las autoridades no se movilizan en ningún sentido. “No sabemos por qué no pasa nada. El frigorífico está a la vista de todos y trabaja normalmente en Mercedes, localidad vecina a Luján. La realización de un allanamiento reciente tuvo que ver con gente que encontró sus animales en el lugar e hizo la denuncia, pero el frigorífico no fue clausurado. Empieza a haber sospechas sobre la policía y su tarea de control”, puntualizó Cabral.
Para poder desbaratar el camino de los caballos robados, el periodista insistió en que “la cadena se debe cortar por el medio: el problema no es el que roba caballos ni el que los faena, sino el que hace la legitimidad del transporte. Si se corta ahí, se acaba el robo también”.
Como ejemplo de la logística que se utiliza para robar los caballos, dijo: “Cerca de mi casa robaron animales, pero en vez de irse por los caminos del lugar, fueron por el medio del campo cortando alambrados para acortar camino, pero también para impedir que los puedan seguir, ya que no dejan rastros. Dos chicos siguieron igual ese rastro y encontraron los caballos en General Rodríguez, a 25 kilómetros. Los que se dedican a la patrulla rural les respondieron que si los caballos eran de Francisco De Narváez, que tiene campos aquí, salían a buscarlos, pero por ellos dos, no. Es decir que según el target de la gente a la que le roban, se ocuparán o no del tema”.
El mercado equino en Luján es muy grande, pero no sólo por cantidad, sino también por calidad. “La zona tiene un desarrollo equino muy grande porque hay laboratorios de genética. Hay caballos que cuestan más de 100.000 dólares, y los clientes son Adolfo Cambiasso, la gente de La Dolfina, etc. Hay mucho ganado equino y de alto valor”, explicó.
Claro que todo forma parte de un contexto que tiene deficiencias en varios aspectos. Osvaldo Cabral destacó que “en materia de seguridad, en Luján estamos muy mal. Es una zona tranquila, pero tenemos, para toda la ciudad con 120.000 habitantes, 6 patrulleros; llegamos a tener 3 en un momento y chocaron dos en una persecución, así que quedamos con uno. Estamos medio desguarnecidos”, concluyó.