Por decisión del Senado del país carioca, los condenados por delitos de corrupción tendrán penas muy graves y les costará conseguir el indulto y la libertad bajo fianza.
Las protestas en las calles de Brasil han logrado un nuevo triunfo a favor de los ciudadanos: el Senado aprobó el proyecto que transforma el delito de corrupción en “crimen atroz”. Ahora, la decisión deberá ser ratificada por la Cámara de Diputados, donde ya han adelantado que no habrá impedimentos.
Con la nueva ley, las penas por delitos de corrupción pueden llegar a los 12 años de cárcel. Quienes sean condenados también perderán el derecho a la amnistía, el indulto y el pago de fianza para dejar la cárcel, y les costará mucho más obtener la libertad condicional.
Se entiende por “corrupción” a la extorsión llevada a cabo por servidores públicos, incluso fuera de su función; la perpetrada por servidores públicos, así como el cobro de tributos indebidamente. Los homicidios comunes y no sólo los cualificados también entrarán en esa categoría, gracias a una enmienda presentada por el senador y ex presidente de la República, José Sarney.
El proyecto estaba en espera en el Senado hace dos años y ahora se aprobó con gran velocidad, en 48 horas. Los senadores han confesado que fue “una respuesta a la principal reivindicación de las protestas en todo el país”, afirmó el senador Àlvaro Dias, del PSDB. Y recordó que la palabra “corrupción” fue “la más pronunciada estos días en las calles y plazas por los jóvenes brasileños. Incluso el presidente del Senado, Renán Calheiros, admitió que la votación fue ‘consecuencia de los gritos de la calle””.