En su chacra de Uruguay la policía encontró ñandúes, llamas, carpinchos y hasta un loro hablador
Marcelo Balcedo, secretario general de SOEME detenido en Uruguay acusado de lavado de dinero y asociación ilícita, sigue complicando su situación judicial. Además de los allanamientos en donde se encontraron autos de lujo, armas, municiones y más de 400 mil dólares, ahora el departamento de Fauna de la Dirección Nacional de Medio Ambiente de Uruguay realizó un operativo en su chacra “El Gran Chaparral”, en donde encontró un zoológico clandestino con especies protegidas cuya tenencia está prohibida.
Los inspectores incautaron 14 ñandúes, 5 llamas, carpinchos y hasta un loro hablador y hallaron pero dejaron en el lugar, dos guacamayos y dos alpacas. Ahora, al sindicalista se lo comenzará a investigar por tráfico de animales.
“El operativo dejó en evidencia otra de las excentricidades identificadas en esta investigación: la intención del dueño de la propiedad (Marcelo Balcedo) de constituir su propio zoológico privado”, explicaron funcionarios uruguayos.
Según un comunicado del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente de Uruguay, se constató el “buen estado de salud” de las especies pero “la ley prohíbe la captura y tenencia de animales silvestres o salvajes y de especies protegidas legalmente”.
“Las aves incautadas integran la denominada Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, en inglés), un acuerdo que apunta a conservar la biodiversidad a través de la regulación del comercio de especies”, destacó el gobierno local.
Al respecto, detalló: “Dos de ellas son guacamayos que integran el Apéndice 1 de la Convención, dado su mayor grado de amenaza de extinción (…); la tercera especie es la Amazona aestiva, más conocida como loro hablador, que integra el Apéndice 2 de la Convención. Una especie en continuo tráfico en Uruguay”.
Marcelo Balcedo (54) y su mujer, Paola Fiege (33), fueron detenidos el jueves último en su chacra “El Gran Chaparral”, de 90 hectáreas, en Cerro del Burro, en Piriápolis.