El director de la Escuela Provincial de Educación Técnica 3 de Oberá, Jorge Romero, habló esta mañana en la 99.9. Se refirió a la situación que se está viviendo tras decidir la expulsión de 4 alumnos que robaron la moto de un compañero. El Ministro de Educación provincial decidió reincorporar a los chicos y apartó al director. “Nos estamos jugando en este momento una especie de patriada contra el poder, porque los efectos de esta medida se van a ver inmediatamente”, indicó.
Lo que está sucediendo en la Escuela Provincial de Educación Técnica 3 de Oberá es realmente preocupante. El director del establecimiento, Jorge Romero, fue desplazado de su cargo después de que tomara la decisión de expulsar de la institución a cuatro alumnos que había robado la moto de un compañero.
Esta mañana en la 99.9, el directivo dio detalles sobre la historia. “La escuela sigue tomada por los padres, los alumnos y los docentes, que están en asamblea permanente por este tema”, detalló en principio Romero. Luego, se refirió a las señales brindadas por los responsables políticos del lugar: “desde las autoridades municipales no hubo ninguna manifestación de apoyo; sí lo hemos tenido en la comunidad, que está indignada con este tema. Algunos organismos de jubilados docentes y algunos partidos políticos de la ciudad se han acercado. De la provincia de Misiones, algunos legisladores se han acercado ayer a manifestar su apoyo. De mis superiores, nadie se acercó”.
Mientras espera por una resolución final, el director contó cómo se dio la secuencia de hechos: “los alumnos hurtaron la moto de un compañero de cuarto año, con tanta mala suerte que cuando la cargan en un vehículo son vistos por un docente que les toma la patente. Me llamaron a mí y les dije que hagan la exposición policial; y le avisé al padre para que haga la denuncia formal del hurto. La policía, al otro día, con esa información, pide la orden de allanamiento y es ahí donde se encuentran con que era un alumno del colegio y que era abanderado de la escuela de Misiones, que es para los mejores compañeros. La misma madre entregó al alumno a la policía, los padres son evangélicos y no estaban de acuerdo con la actitud de su hijo”.
Una vez que dieron con uno de los que robó, pudieron desentrañar toda la trama: “cuando lo detienen, pueden conseguir los nombres de los otros involucrados. Cuando la policía pasa el parte diario de lo que había sucedido, nos damos cuenta que eran alumnos nuestros. Entonces, decidimos tomar alguna medida”.
Claro que tomar una decisión en este tema no es nada difícil. Pero Romero optó por dar un mensaje claro a la comunidad: “empezamos a analizar la cuestión y, mientras tanto, los otros dos acusados presentan un recurso de excarcelación. Nos reunimos con los profesores y decidimos de acuerdo a la norma del Consejo Provincial de Educación, cuyo presidente es el ministro de Educación, Luis Jacobo. Y tomamos la medida de apartarlos del ciclo lectivo 2014 sin posibilidad de rendir libres las materias, dada la gravedad del hecho”.
En ese momento empezó realmente el conflicto, porque el Ministro contradijo la decisión del directivo: “esto no le cayó bien al Ministro de Educación, porque tiene otra filosofía, porque cree que el término ‘inclusión’ significa ‘inclusión a toda costa’. Él pone a los alumnos bajo un paraguas de protección, sin considerar el derecho de toda la comunidad educativa de la escuela y los propios alumnos”. La consecuencia fue que se pidió reincorporar a los alumnos y hacer responsable al director de su decisión: “el Ministro anuló nuestra medida, nosotros la recurrimos, no nos fue satisfecha porque no hubo respuesta y nosotros, por patrocinio legal, nos dicen que si no contesta administrativamente, la sanción nuestra quedaba firme. Eso se lo hicimos saber a los alumnos y los apartamos. Eso colmó el vaso del Ministro y decidió sancionarme a mí, apartarme de la institución e iniciarle sumarios administrativos a todos los docentes que habían intervenido en la causa”.
La reacción en cadena continuó, y ahora la comunidad educativa decidió ponerse de pie y apoyar la decisión del director y los docentes: “los padres decidieron tomar la escuela junto con los alumnos y los docentes, que se declaran en estado de asamblea permanente hasta tanto no tenga todo esto un viso de raciocinio por el mensaje que se está dando. El sistema educativo no puede tener impunidad por todos lados, sino destruyamos las escuelas porque no sirven para nada”.
El atropello político es una costumbre en nuestro país, y suele terminar derivando en conflictos donde ciertas posturas son incomprensibles. “Soy un docente con 43 años de servicio en educación técnica, y tengo 40 años en educación universitaria. Algo conozco de la vida, las normas y los reglamentos. El ministro Jacobo está hace 3 años y ha transitado por diferentes sectores. Cree que por estar en cátedra del poder puede imponer criterios aún en contra de un razonamiento lógico que la sociedad demanda”, agregó Jorge Romero.
Consciente de que su decisión fue justa, y sabiendo cuál es el mensaje que quiere dar, seguirá luchando junto con la comunidad educativa para que las autoridades políticas sean responsables: “si el Gobernador avala estas cosas, le irá muy mal en las próximas elecciones. Nos estamos jugando en este momento una especie de patriada contra el poder, porque los efectos de esta medida se van a ver inmediatamente”.