El director del ISEPCi, Isaac Rudnik, indicó esta mañana en la 99.9 que el congelamiento de precios ha fracasado. En principio, no sucedió lo esperado a causa de los datos que impone el INDEC y que no son reales. “Detrás de eso está el ocultamiento de la inflación, los verdaderos índices de indigencia y pobreza y del retraso cambiario. Cosas que propician la fuga de capitales, que hoy se sienten fuertemente”, señaló.
El congelamiento de precios es una medida que tendía principalmente a frenar la inflación creciente del país. En ese sentido, desde el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi) se encargaron de remarcar que el propio Gobierno ha aceptado, con el nuevo acuerdo con los supermercadistas, el fracaso del congelamiento.
Esta mañana en la 99.9, el presidente del instituto, Isaac Rudnik, destacó que “el trasfondo de esta situación es la falsificación de los datos que hace el INDEC desde hace muchos años. Detrás de eso está el ocultamiento de la inflación, los verdaderos índices de indigencia y pobreza y del retraso cambiario; cosas que propician la fuga de capitales, que hoy se sienten fuertemente. Las políticas del Gobierno para tratar de equilibrar las cosas, también intentan ser encubiertos. Ayer se ha firmado un aumento del 24% para los sueldos, pero se aplica de manera escalonada y van detrás del verdadero aumento de los precios”.
Las negociaciones sobre la continuidad del congelamiento evidencian el fracaso de la medida tomada meses atrás: “el acuerdo con las cadenas de supermercados, que pasa de 10.000 productos para aplicarse en 500, está expresando el fracaso del primera acuerdo. Si hubiera tenido éxito, no habría ninguna necesidad de cambiar. Estos anuncios no son dados oficialmente por el Gobierno; lo hacen los amigos empresarios del oficialismo al salir de las reuniones”, dijo Rudnik. Luego agregó: “así, es muy difícil de controlar si se tiene una dosis de realismo, porque como primera cuestión no hay precios de referencia. Cuando dicen que congelaron los precios, no se sabe respecto a qué”.
El primer anuncio sobre la manera de mantener los precios en las góndolas tuvo cierto efecto: “el congelamiento provocó que la aceleración se detenga. Había un proceso de aumento de precios que venía creciendo, y esa tendencia se atenuó. Los aumentos siguen pero en un contexto del 25% interanual, que es lo que se venía verificando el año pasado. En lo que va del año, el incremento está en el orden del 6%; siempre hablando de los productos de la canasta básica de alimentos”.
El hecho de no regular la competencia en la producción termina generando un monopolio en los precios. “Las cadenas de supermercados más importantes tienen precios distintos para los mismos productos, incluso en distintas bocas. Van graduando la posibilidad de aumentar o no de acuerdo a cómo funciona la demanda de cada lugar, y no en función de los costos y las ganancias que tienen para cada producto. Esto trae una enorme dispersión del precio”, remarcó Rudnik.
Esto lleva a que en algunos lugares se pague hasta el doble por el mismo producto: “el año pasado hicimos estudios, y eso alcanza a un porcentaje de entre 2 y 2.5 puntos en cada producto. Es decir que un producto que se vende en determinada zona a un precio, en otros lugares se llega a vender dos veces o dos veces y medio más caro”. La explicación es sencilla: “esto tiene que ver directamente con la posición dominante que tienen las grandes cadenas de producción y comercialización. Si se van a observar los precios de los productos cuando salen de la mano del productor hasta que llega a nuestras manos, la diferencia es de 7 u 8 veces”.