El Tribunal Supremo de Venezuela interviene el Partido Comunista y nombra una nueva dirección

Los comunistas, aliados de primera hora de la revolución bolivariana, han sido críticos en los últimos años con la deriva autoritaria de Nicolás Maduro.

El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ha intervenido el Partido Comunista, un aliado tradicional del chavismo desde inicios de la revolución bolivariana de Hugo Chávez, pero que en los últimos años ha sido crítico hacia la deriva más autoritaria de Nicolás Maduro. En la sentencia de la Sala Constitucional publicada la noche de este viernes se nombra una nueva junta directiva ad hoc en que al menos cinco de los siete miembros son militantes del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). La decisión, que ya se ha visto con otros grandes partidos de oposición, supone un nuevo mazazo a la libertad de asociación en el país, una semana después de que la misma instancia también interviniera la Cruz Roja de Venezuela.

Los dirigentes comunistas tenían meses advirtiendo de esta posibilidad. Las tensiones con el Gobierno de Maduro habían escalado. La formación venía haciendo duras críticas a las medidas económicas por su viraje neoliberal y a la explotación del Arco Minero del Orinoco. Los líderes del partido incluso solicitaron que se investigara al propio mandatario en el marco de la purga anticorrupción emprendida por la Fiscalía. Los comunistas han acompañado las constantes protestas de los gremios de docentes y otros trabajadores públicos en reclamo por mejores salarios. El año pasado denunciaron a Maduro en el Encuentro de Partidos Comunistas y Obreros en el Palacio de Convenciones de La Habana, la capital mundial de comunismo más ortodoxo, que ha sido parte del sostén político del chavismo, mientras Venezuela se ha convertido en el principal proveedor de combustible y crudo de la isla.

Esta semana volvieron a levantar el dedo, esta vez contra el gobernador del Estado de Trujillo, Gerardo Pérez, del PSUV, quien pidió “sacar a coñazos” a la precandidata presidencial María Corina Machado de su gira por la entidad andina como parte de su campaña a las primarias de la oposición.

Tras el fallo del Tribunal Supremo de Justicia, la organización ha rechazado “el asalto contra el Partido Comunista de Venezuela a través de una arbitraria sentencia judicial que avala la imposición de una directiva compuesta por mercenarios al servicio de la cúpula que dirige el PSUV”. Se ha repetido la misma maniobra que con otros partidos, como Acción Democrática, en la que un grupo de ciudadanos actúa en nombre de la directiva y crea una estructura paralela que acaba friccionando con la elegida por sus miembros. Así se han tomado judicialmente otras formaciones de izquierda que apoyaron al chavismo como Patria Para Todos, Podemos y Movimiento Tupamaro.

El Partido Comunista de Venezuela (PCV) tiene dos diputados en la Asamblea Nacional. Uno de ellos, su secretario general, Oscar Figuera, ha denunciado que en reiteradas ocasiones le han suprimido su derecho de palabra en los debates. Está por verse cómo serán recibidos en la próxima sesión legislativa. “Este fraude procesal, que violenta los derechos políticos del PCV y del pueblo trabajador venezolano, no solo crea un grave precedente en la historia política y jurídica del país, sino que deja al descubierto el carácter autoritario, antidemocrático y reaccionario del Gobierno-PSUV que equivocadamente cree que con esta maniobra doblegará a las y los comunistas venezolanos”, añaden en el comunicado. La formación ha dicho además que buscará movilizar una respuesta internacional de sus aliados ante esta judicialización.

Los dirigentes comunistas han apuntado directamente contra Diosdado Cabello, vicepresidente del PSUV, por las maniobras contra el partido. Esta misma semana en que se concretó el asalto judicial al PCV, Cabello visitó La Habana junto con otros dirigentes chavistas, firmó un acuerdo de cooperación con el Partido Comunista de Cuba, el único legal en ese país, y sostuvo reuniones con Miguel Díaz-Canel. El viaje se ha visto como una jugada anticipada a la toma del casi centenario Partido Comunista, para que esta no afectara aún más la estabilidad de Maduro que, luego de un período de tímida apertura en lo económico y lo diplomático, parece endurecerse de nuevo de cara a las presidenciales de 2024.

El dirigente chavista ha dicho que “Cuba y Venezuela son sobrevivientes de todos los inventos para derrocar los proyectos sociales, que alumbran a los otros pueblos que quieren ser libres” y que con la firma del acuerdo entre los dos partidos “se institucionaliza el apoyo mutuo en el trabajo conjunto a nivel internacional”.