El empresario Andrej Babis se impuso en las elecciones legislativas. Es dueño de uno de los grupos agroindustriales más importantes de República Checa y de un conglomerado de medios de comunicación. Tiene un discurso antisistema y euroescéptico.
Pese a sus problemas con la Justicia, el empresario millonario Andrej Babis, líder de la populista “Alianza de Ciudadanos Descontentos” (ANO), ganó este sábado las elecciones legislativas en la República Checa con su discurso antisistema y de aristas euroescépticas.
El recuento, con el escrutinio al 99% da a Babis el 29,7% de los votos, con lo que confirmaría la victoria que le auguraban los sondeos y obtendría 11 puntos más que en su estreno electoral de hace cuatro años. El reparto preliminar de diputados le da 78,
El ODS, el principal partido conservador, que atravesaba horas bajas los últimos años, ha logrado recuperarse como segunda fuerza, con el 11% (24 escaños), mientras que el Partido Pirata ha dado la sorpresa al ser tercero (10,7%, 22 diputados).
Hasta que fue destituido el pasado mayo, Babis -llamado por algunos medios “el Trump checo”, ejerció de viceprimer ministro y responsable de Finanzas en el Ejecutivo de coalición integrado por ANO, el socialdemócrata CSSD y el democristiano KDU.
Apoyado en una narrativa contra la corrupción, el euro, los inmigrantes y el resto de los partidos políticos, a los que acusa de mantener un sistema corrupto, Babis ha confirmado el triunfo que le auguraban los sondeos.
Pero él mismo está siendo investigado por supuesto uso fraudulento de fondos europeos y delito fiscal, y el pasado septiembre perdió su inmunidad parlamentaria.
Babis, hijo de un diplomático checoslovaco, se vende como un hombre que ha luchado contra obstáculos y trabas burocráticas de sus socios en la coalición, pero se atribuye decisiones populares como la subida de las pensiones durante su época al frente de Finanzas.
Cuando en 2011 Babis lanzó su partido, el país estaba sumido en una serie de escándalos de corrupción que favorecieron la aparición de una formación protesta.
Babis fue entre 1980 y 1989 militante del Partido Comunista de la entonces Checoslovaquia.
Sus críticos dicen que sus buenos contactos con la elite del país lo ayudaron, tras la caída del comunismo en 1989, a crear su imperio económico, que lo ha convertido en el segundo hombre más rico del país, con una fortuna estimada de 4.000 millones de euros.
El empresario, nacido en Bratislava (Eslovaquia) en 1954, controla hoy un amplio conglomerado de empresas que dan empleo a unas 30.000 personas.
Por eso, sus críticos aseguran que forma parte de la misma élite que él dice combatir y algunos lo comparan, por su populismo, con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Babis es propietario del grupo agroindustrial Agrofert, uno de los más importantes del país, y tras adquirir en 2013 dos diarios nacionales, tres estaciones de televisión y dos emisoras de radio, se ha ganado también el apodo de “Berlusconi checo”, en referencia al ex primer ministro italiano.
El Instituto Internacional de Prensa, que supervisa la libertad de medios, ha manifestado su temor de que la profesión periodística se vea coartada si Babis es elegido primer ministro.
Como ministro de Finanzas, Babis logró mejorar la recaudación fiscal al introducir un sistema electrónico que permite supervisar el cobro del IVA y compararlo con las ventas efectivas en comercios.
Su programa electoral rechaza la adopción del euro, algo que muchos en su partido no comparten, aunque coincide con la opinión más bien euroescéptica de la opinión pública en general.
También es contrario, al igual que el presidente Milos Zeman, a las sanciones a Rusia por la anexión de Crimea, ya que las considera ineficaces, algo que puede suponer otro punto de fricción con la UE.
Lo más polémico del empresario, alegan sus críticos, son sus conflictos de intereses, ya que su negocio agroindustrial obtiene importantes subvenciones públicas en el sector de la bionafta.
Además, sus oponentes lo acusan de haber usado en el pasado inspecciones de Hacienda para combatir a rivales empresariales.
Babis apuesta por eliminar el Senado, reducir a la mitad a los actuales 200 miembros de la Cámara baja e implantar un sistema electoral que facilite mayorías absolutas.
El polémico líder populista aseguró el pasado viernes que la presencia de muchos partidos en el Parlamento complica la gobernabilidad. Además, a algunos analistas les preocupa la concentración de poder mediático, económico y político que representaría tener como primer ministro a un millonario propietario de medios.
Andrej Babis, padre de cuatro hijos, está casado en segundas nupcias con Monika Babisova, una mujer 20 años más joven que él.