Un análisis de 37 fósiles revela que el temible Tyrannosaurus Rex tuvo dos parientes cercanos desconocidos hasta ahora: el Tyrannosaurus regina y el Tyrannosaurus imperator.
Un nuevo análisis realizado a los huesos y dientes de 37 especímenes de Tyrannosaurus Rex sostiene que el temible depredador que ha inspirado películas, juguetes y toda clase de merchandising, no pertenece a una, sino a tres especies distintas de terópodos relacionadas entre sí al sugerir la existencia de dos nuevas especies hermanas: el Tyrannosaurus-Imperator y el Tyrannosaurus-Regina.
El estudio realizado por el equipo de investigación dirigido por el paleontólogo independiente Gregory Paul cambiaría así de forma definitiva el modo en que se ha conocido hasta la fecha al Tyrannosaurus Rex, el dinosaurio más popular del mundo, sacudiendo así las bases de la paleontología.
Los investigadores compararon la longitud y la circunferencia del fémur de 24 especímenes de este dinosaurio. También midieron la base de los dientes o el espacio en la mandíbula para saber si 12 de estos dinosaurios tenían uno o dos incisivos delgados. La conclusión del equipo de estudio fue que Tyrannosaurus Rex no era un dinosaurio único e inmutable, sino que pudo haber tenido dos especies hermanas igualmente aterradoras.
Entre seis y siete toneladas
“Las tres especies tendrían entre seis y siete toneladas con cráneos y cuerpos similares”, dijo el autor del estudio y autor de ‘The Princeton Field Guide to Dinosaurs’. “Sería como intentar diferenciar los esqueletos de un león y un tigre”, algo muy complicado hasta para los expertos debido a que las diferencias son “demasiado sutiles”.
El estudio, publicado en la revista Evolutionary Biology, explica que, desde el descubrimiento del primer ejemplar a finales del siglo XIX, los paleontólogos consideraron normales las diferencias en el tamaño del fémur de distintos ejemplares. Mientras algunos presentaban un fémur robusto, otros poseían un hueso más alargado. Esto se había explicado por las diferencias de sexo, considerando que las hembras eran más pequeñas que sus contrapartes masculinas, aunque también podría explicarse por sus etapas de desarrollo o, simplemente, por variaciones individuales en los rasgos.
Además de las diferencias del fémur, el estudio sugiere que se podría haber pasado por alto un detalle clave en los incisivos inferiores, unas de las piezas dentales más visibles del rey de los lagartos. Aunque algunas mandíbulas presentan incisivos sin una punta, pero con bordes afilados, otros individuos tienen dientes en forma de cúspide, diseñados para rasgar casi cualquier tejido.
En un análisis posterior que permitió comparar las variaciones óseas entre otras especies de dinosaurios carnívoros como el Allosaurus, el equipo descubrió que en ningún caso los márgenes eran tan amplios como en el Tyrannosaurus Rex.
En caso de confirmarse, las conclusiones del estudio podrían dar pie a una reclasificación de todos los fósiles de Tyrannosaurus Rex hallados hasta la fecha. Sin embargo, algunos paleontólogos como Thomas Carr, experto en tiranosaurios del Carthage College de Wisconsin ha mostrado su escepticismo al respecto.