Asegura que se necesita una coalición que haga lo posible por hallar una solución pacífica. Y añade que si la vía diplomática no funciona ‘será necesario usar la fuerza’.
El principal representante diplomático del Vaticano ante las Naciones Unidas en Ginebra, el arzobispo italiano Silvano Tomasi, ha respaldado una intervención militar en forma de fuerza internacional coordinada para impedir que el Estado Islámico siga protagonizando ataques en Siria e Irak contra los cristianos y otros grupos minoritarios.
“Tenemos que parar esta especie de genocidio(…). De lo contrario, en el futuro nos preguntaremos por qué no hicimos nada, por qué permitimos que una tragedia tan terrible sucediera”, ha afirmado monseñor Tomasi en una entrevista con el periódico católico Crux.
En concreto, Tomassi ha detallado que cualquier coalición anti-IS tiene que incluir a los estados musulmanes de Oriente Medio y no puede constituir simplemente una “iniciativa occidental”. Asimismo, ha explicado que dicha división militar internacional debería desarrollarse bajo la égida de las Naciones Unidas.
Para Tomassi, una coalición anti-IS debería incluir a “los países más directamente involucrados en Oriente Próximo”, es decir los Estados musulmanes de la región. “Lo que se necesita es una coalición coordinada y bien pensada, con objeto de hacer todo lo posible para lograr una solución política sin violencia”, ha explicado. En este sentido, ha precisado que “si eso no es posible, entonces será necesario usar la fuerza”.
El representante del Vaticano presentó la semana pasada ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra una declaración titulada “Apoyo a los Derechos Humanos de los cristianos y otras comunidades, especialmente en Oriente Medio”, elaborada conjuntamente con la Federación de Rusia y el Líbano, que reúne a un total de 70 países.