“Elegimos un camino más seguro”

El Dr. Pablo Argibay es el responsable de un grupo de investigadores del Instituto de Ciencias Básicas y Medicina Experimental del Hospital Italiano de Buenos Aires, donde se ha desarrollado una técnica para que las células de la piel puedan transformarse en pancreáticas y generen la insulina que necesitan los pacientes diabéticos. “Es un proyecto bueno, promisorio que se puede seguir estudiando en los próximos años pero no es tan eficiente”, explicó en la 99.9.

Pablo-ArgibayLa ciencia argentina sigue demostrando que se pueden dar pasos sorprendentes en la búsqueda de terapias alternativas para distintas enfermedades. En esta oportunidad, los investigadores del Instituto de Ciencias Básicas y Medicina Experimental del Hospital Italiano de Buenos Aires han avanzado en la generación de una nueva terapia para tratar la diabetes que consta en generar células pancreáticas en base a la transformación de células de la piel.
El Dr. Pablo Argibay, lidera el grupo de trabajo y contó en la 99.9 que “durante los últimos años se ha tratado buscar procedimientos para encontrar células maduras en células madres y nosotros elegimos un camino más seguro que es partir de una célula adulta y llegar a otra célula adulta que fabrique insulina para el páncreas”.
Sobre el procedimiento que están realizando, explicó que “lo que hicimos fue tomar pequeñas porciones de piel de pacientes diabéticos. Eso lleva a un proceso de esterilización y se separan las células de la piel. Cuando están en la placa de cultivo se separan y se transforman en fibroblastos que los tenemos durante 3 semanas con diferentes factores de crecimiento para que sus genes empiecen a desactivarse y pasen a activarse aquellos genes que caracterizan al páncreas”.
Como cada célula posee el ADN completo, lo que hacen es activar los genes necesarios para transformar la función de la célula. “El proceso lleva por lo menos 3 semanas y tuvo muchos años de ensayos. Debemos verificar que los genes productores de insulina estén prendidos y los genes que caracterizaban a la piel estén apagados. Para ello se hace un estudio especial”.
Una vez que las comprobaciones se terminan, empieza la aplicación del mismo que hasta ahora se ha llevado adelante con animales: “la etapa final fue tomar animales diabéticos que no tienen insulina de ningún tipo, pero que tampoco rechazan ningún tejido. Inyectamos esas células y después comprobamos que los animales tenían insulina humana. Lo negativo es que los niveles de insulina eran muy bajas, por lo tanto no tenemos un proceso tan eficiente que nos permita pasar pronto a los humanos”, aclaró.
Si bien destacó que es un avance importante para la ciencia, también puntualizó que se debe trabajar mucho aún: “está bueno haber llegado a esto en Argentina. Es un proyecto bueno, promisorio que se puede seguir estudiando en los próximos años pero no es tan eficiente”.
El avance del proceso, está atado a distintos factores: “mañana, porque alguien tiene una idea súper genial, se puede entrar en una vía de investigación para que todo se ponga en marcha rápido, o bien se tiene que investigar durante años”, indicó Argibay.
La aparición de estas ideas y el trabajo que se lleva adelante no sólo en Argentina sino en otros lugares como Estados Unidos, China o Japón donde se destinan cantidades millonarias a la investigación, pueden cambiar el panorama de la humanidad en el futuro: “en la próxima década tendremos una medicina diferente porque ya hay una biología diferente, pero el verdadero desafío está en que llegue a todas las personas porque al principio son cosas muy caras”, finalizó.