La mujer era una veterana que sirvió a la Fuerza Aérea de Estados Unidos y fue una oficial de seguridad de alto nivel durante su tiempo en servicio
Ashli Babbitt fue la mujer que murió luego de recibir un disparo durante los disturbios tras la toma del Capitolio de Estados Unidos a manos de simpatizantes del presidente Donald Trump.
Originaria de San Diego, la mujer era una veterana que sirvió durante 14 años en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y fue oficial de seguridad de alto nivel durante su tiempo en servicio.
De acuerdo con el testimonio que dio su esposo a KUSI News, Babbitt era una firme defensora del presidente Trump y una gran patriota para todos los que la conocían.
En su cuenta de Twitter, sus últimos mensajes fueron alusivos a lo que ocurría en Washington.
“Nada nos detendrá…. Pueden intentarlo y probarlo, pero la tormenta está aquí y está descendiendo sobre Washington DC en menos de 24 horas .. de oscuridad a la luz “, posteó.
Desde el 4 de enero subió mensajes como “algo grande va a pasar”, además de retuitear mensajes de partidarios de Donald Trump que viajaron a la capital de Estados Unidos para el mitin y la posterior toma del Capitolio.
Un video del momento en que ocurrieron los hechos permite escuchar las detonaciones y de inmediato se aprecia a la mujer portando ropa oscura, envuelta en la bandera de Estados Unidos caer al suelo al interior del edificio.
Al momento de la detonación, Ashli Babbitt estaba parada en una silla dentro del edificio y observaba hacia afuera. De inmediato cayó al suelo y quedó inerte mientras la sangre brotaba de su boca.
De inmediato, algunos de los manifestantes intentaron acercarse, pero policías que estaban ahí les pidieron a gritos retroceder para intentar auxiliar a la mujer que yacía en el suelo.
En el video, de apenas un minuto de duración, se escuchan los gritos de policías y el forcejeo con quienes habían irrumpido en el Capitolio.
Los manifestantes, entre los que se encontraba la víctima fatal de la toma del Capitolio, rompieron ventanas e ingresaron violentamente a las oficinas de los legisladores, entre ellos a la de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes.
En diversas fotografías de la toma del Capitolio, se vio a policías apuntar con sus armas hacia los manifestantes que irrumpieron el edificio.