Al empresario Blaksley , acusado de estafa, le congelaron cuentas, autos, camionetas, un yate y acciones.
Enrique Blaksley Señorans, el empresario que trajo a Roger Federer y a Usain Bolt a la Argentina, enfrenta un sombrío panorama judicial y financiero que puede convertirlo en “el Bernard Madoff argentino”. La Justicia embargó los bienes del grupo Hope Funds en el país por $ 19 millones en la causa que investiga supuesto lavado de dinero y estafas con el dinero de unos 1000 inversores privados.
La jueza María Servini ordenó esta semana el embargo de propiedades, terrenos, cuentas bancarias, autos, camionetas, un yate, paquetes accionarios y otros bienes emblemáticos, como un porcentaje del Hard Rock Café de Recoleta, con el objetivo de asegurar el patrimonio para un futuro decomiso de los bienes ante una eventual condena por estafa.
Los reclamos superan ampliamente el patrimonio embargado. Las sociedades del grupo Hope Funds recibieron $ 25 millones y otros US$ 9 millones de los inversionistas. El pasivo del grupo declarado por el propio Blaksley asciende a losUS$ 38 millones, según los números que aparecen en el expediente.
La fiscal Alejandra Mángano reunió pruebas contundentes sobre las maniobras realizadas por Blaksley tanto en la Argentina como en el exterior, donde montó una compleja estructura offshore que reveló la nacion en los Panamá Papers, el proyecto colaborativo impulsado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación y el diario alemán Süddeutsche Zeitung.
La investigación comenzó después de la revelación sobre más de 60 sociedades y fideicomisos en Panamá, islas Vírgenes Británicas, Costa Rica, Uruguay y Nueva Zelanda registradas a nombre del grupo Hope Funds.
Blaksley, 52 años, es un hábil empresario que creó un imperio sobre la base de préstamos con una alta tasa de interés y una fuerte marca personal que lo mostró junto a artistas de primer nivel, reconocidos deportistas y hasta se sacó fotos con Benedicto XVI y el Papa Francisco .
La fortuna de Hope Funds se engrosó con préstamos mutuos de pequeños inversores que recibían periódicamente los correspondientes intereses. Pero Hope Funds colapsó con la implementación del cepo cambiario, que motivó la inquietud generalizada de los inversionistas. Hope Funds no resistió a la “corrida”.
“Las exhorbitantes sumas captadas por Hope Funds se habrían dirigido a la capitalización del grupo económico y al beneficio de sus integrantes”, entendió la fiscal Mángano. Y consideró que “ese escenario habría sido orquestado de manera premeditada con el objetivo de no restituir e impedir el recupero de los fondos de los aportantes”.
Lavado de dinero
Las autoridades detectaron, además, otras irregularidades en los flujos de capital que movía Hope Funds. Según la AFIP, las sociedades habrían recibido fondos de personas que en los registros oficiales aparecen sin capacidad patrimonial para justificar esas inversiones y en otros casos no habían reportado esas inversiones en sus declaraciones juradas tributarias. Sólo tres de sus 531 clientes analizados estaban en regla, sostuvo la AFIP.
Por su parte, la Procelac detalló que a menudo Hope Funds recibía “importantes sumas” de sus clientes “mediante un único desembolso de dinero en efectivo”, lo que ejemplificó con el caso de un aportante que “sin contar con ingresos legítimos que lo justificaran habría entregado a la firma la suma de $ 17 millones”.
La jueza Servini -que ya le prohibió a Blaksley la salida del país- dispuso entonces la inhibición de bienes con un fin preventivo para recuperar el dinero, en el caso de que sea condenado.
La Justicia, además, ya identifica los bienes millonarios en los que Hope Funds invirtió fuera de la Argentina para expedir sus fronteras, informaron fuentes judiciales. Su llamado a indagatoria sería inminente en 2018.