El ex funcionario durante el gobierno de Arroyo señaló como habían trabajado con pocos elementos para detectar fiestas clandestinas. Comentó en la 99.9 que pudieron desbaratar 329 y además, dejaron una ordenanza con herramientas para el intendente.
Ante la posibilidad de que el verano sea distinto en el contexto de la pandemia, ya se advierte que las fiestas clandestinas podrán volver a surgir con fuerza en la ciudad. El intendente Guillermo Montenegro pidió públicamente el sostén del gobierno provincial para combatir este tipo de hechos, que de todas maneras, están presentes todos los veranos.
El ex funcionario del gobierno de Arroyo, Emiliano Mensor, se refirió en la 99.9 a la manera en la cuál se había podido controlar el tema durante los últimos años con muy poco: “me da lástima que el intendente pida herramientas a la provincia cuando nosotros, a finales de 2016 vimos que se incrementaban las fiestas clandestinas en el sur y conformamos una mesa de trabajo con la Departamental, Fiscalía y áreas municipales. Generamos un equipo sin gastos”.
La modalidad era muy lógica, sencilla y permitió tener un buen nivel de efectividad: “nos apoyábamos en los patrulleros de la provincia, se generaba la orden de allanamiento, trabajábamos con personas que nos pasaban los datos de las fiestas clandestinas analizando redes sociales. Intervino Desarrollo Social porque había menores y disolvimos 329 fiestas clandestinas”, sintetizó Mensor.
Ahora, para el próximo verano, Montenegro tiene una ordenanza que le da herramientas, pero evidentemente no la conoce al reclamar ayuda de Provincia: “dejamos una ordenanza de habilitaciones para que les corten la luz o el gas si así lo quiere hacer. El intendente herramientas tiene, puede salir a la calle a buscar las fiestas clandestinas y clausurarlas él mismo”, advirtió Mensor.
Era tan sencilla la detección que sólo se necesitaba ingenio, algo que parece no aplicar el actual intendente de General Pueyrredón: “en el sur nosotros tirábamos un Dron al aire cuando hacíamos los operativos en los boliches de la costa. Donde había luces, era porque había una fiesta y mandábamos el propio patrullero. Lo que hay es inoperancia. Me da bronca porque lo armamos sin nada”.