El Ex Secretario de Energía de la Nación habló en la 99.9 sobre las características técnicas del proyecto y porque Bahía Blanca no estaba en condiciones de tenerlo.
Mucho se ha hablado públicamente sobre una decisión política detrás de llevar la planta de GNL a Río Negro, más puntualmente a Punta Colorada. Sin embargo, el ex Secretario de Energía de la Nación insistió en la 99.9 sobre los argumentos técnicos de esa resolución teniendo en cuenta lo que podían ofrecer los dos destinos que se estaban analizando.
“No se trata de un vendetta o un revancha política. Mirá si una empresa va a ser una inversión de decenas de miles de millones de dólares que van a llevar décadas, etc. por una cuestión circunstancial o política. Eso sería de país bananero y no vendría nadie”, advirtió primeramente.
Luego agregó que “acá se evalúan los criterios de localización de proyectos de inversión, es una receta. El factor climático, la población, el abastecimiento de energía, comunicaciones, suelos; hay un montón de cosas que se evalúan y eso es lo que ha hecho el consorcio de YPF con Petronas y después lo ratificó una consultora que para salir de dudas”.
Bahía Blanca, en esa carrera, tenía desventajas para un proyecto de largo alcance como el que se plantea: “si el proyecto hubiera sido más de corto plazo, no tan amplio, que se iba a valer de la infraestructura de transporte de gas que hay ahora, cuando ya estén terminados estos caños que dejaron pendientes del gobierno anterior; a lo mejor Bahía Blanca podría haber sido competitiva. Pero acá estamos hablando del inicio de un proyecto que va a ser competitiva a la Argentina en un mercado inmenso, que es el del gas natural licuado, el producto energético preponderante en la transición energética, porque es un combustible fósil, pero es el que menos CO2, o sea gas de efecto invernadero, emite”.
Para Apud no había posibilidades incluso si no estaba Kicillof, de que la planta de GNL fuera a tierras bahienses: “Bahía Blanca ya está saturado para un proyecto de esta naturaleza. En el caso de Golfo San Matías, Punta Colorada o por esa zona, tenés todo lo que quieras para ampliar el frente marítimo con escolleras y con puertos. Tiene una profundidad mayor, 70 km menos de caño para hacer, porque ahora nos tenemos que olvidar de la red local. Van a ser caños que directamente se conectan al yacimiento de Vaca Muerta con esa planta, que va a hacerlo líquido al gas, para poder meterlo en un barco. No sé por qué se metió ahí la política, incluso el gobierno también aprovechó como para sacar su ventaja. Es algo objetivo y racional, no tiene nada que ver la política”.
A diferencia de todo lo que se había planteado anteriormente, para Apud se trata de algo que el país necesitaba y que espera se pueda desarrollar: “a mí lo que me pone contento es que por primera vez estamos pensando en un proyecto en grande en serio. Sino el gas de Vaca Muerta va a quedar por billones de dólares bajo tierra dentro de 40 años, porque la demanda local y regional no son suficientes para la magnitud del yacimiento. La única forma de poner en valor ese gas, antes de que pierda valor, porque si se cumple las predicciones de la transición, dentro de 40 y 50 años van a ser reemplazados los fósiles por otras energías, es entrar en el club de los vendedores de gas natural licuado. Ahí hay que hacer un hub, un nudo exclusivo para esas exportaciones masivas. Bahía Blanca ni por las tapas se da para un proyecto de esa naturaleza”.