El titular de Inspección General, Emilio Sucar Grau destacó en la 99.9 las constantes agresiones que sufre el personal municipal cuando sale a comprobar la legalidad de los comercios. “Hay un problema de educación, el público termina agrediendo como si los inspectores hicieran algo que los perjudica, cuando es todo lo contrario”, dijo. También apuntó a la justicia.
En las últimas horas, Inspección General clausuró un depósito donde se guardaban golosinas e incluso hay indicios de que les cambiaban las fechas de vencimiento para una posible distribución. Así lo afirmó el titular de la entidad, Emilio Sucar Grau en la 99.9, quien además se refirió a un tema sensible como las agresiones a los inspectores.
“Al no tener habilitación ni documentación, para nosotros era un depósito clandestino de golosinas. Está en Jara al 1.200. Cuando vieron por denuncias y controles de rutina que carecían de documentación se clausuró”; dijo sobre el operativo.
Todavía no pudieron comprobar las maniobras que se hacían dentro del lugar, pero sospechan actitudes muy curiosas: “pensamos que se trataba de una distribuidora, pero no lo pudimos comprobar, es lo que suponemos. Encontramos etiquetas y envoltorios donde la mercadería estaba vencida. Algún indicio había de que se re etiquetaba esa mercadería”.
Es una lamentable costumbre que cuando los inspectores municipales se presentan en los comercios, sean agredidos por cumplir con su trabajo: “sucedió en una verdulería que estaba haciendo uso de la vía pública que no está permitido y cuando los inspectores de forma amable fueron a infraccionarlo, fueron agredidos violentamente por una de las personas. Le rompieron los lentes que eran de aumento. Se procedió al secuestro de la mercadería en vía pública y se hace un control exhaustivo todos los días para que no vuelva a infraccionar”, señaló sobre la manera de actuar.
También apuntó a lo que socialmente se considera que está bien o está mal: “hay un tema de educación fundamental. Si cualquier persona insulta a personal policial o uniformado en otro país, es aprehendida y puesta a disposición de la justicia. Notamos que cuando hacemos estos operativos controlando a personas que están fuera de la ley como manteros o negocios sin habilitación, no sólo son agredidos por el comerciante sino que el mismo público agrede al inspector como si fuese alguien que los perjudica. En realidad se está protegiendo a la gente de lo que comen o consumen”, remarcó Sucar Grau.
Las agresiones, en muchos casos, tienen graves consecuencias y la justicia tampoco actúa al respecto: “la semana pasada tuvimos tres casos de inspectores con lesiones, uno de ellos enyesado. A la persona que lo agredió se lo detuvo y a las 24 horas estaba libre. Estas cosas no pueden quedar impunes, debe haber una legislación que proteja al funcionario público”, finalizó.