En 2022 le retiraron el arma a 2.300 policías por problemas de salud mental y denuncias

El psiquiatra Enrique Smerdiner remarcó que hubo más de 50.000 intervenciones en el año y dijo que hay una mayor apertura a los tratamientos psicológicos y psiquiátricos por parte de los policías.

En abril del año pasado un grupo de agentes policiales tuvieron que ingresar a una casa ubicada en el Centro luego de que un padre llamara al 911 para solicitar asistencia porque había matado a sus dos hijos, de ocho y nueve años . Mientras que los policías ingresaron a la vivienda para constatar el crimen, un psicólogo del Ministerio del Interior estaba esperándolos afuera para asistirlos. Al salir, los agentes aceptaron la intervención y continuaron varios días en seguimiento. “Así se pudo evitar el estrés post traumático”, según contó a El País Nicolás Vivas, psicólogo del Centro de Atención a las Víctimas de la Violencia y el Delito (Cavid).

En los últimos años, sobre todo producto de la pandemia, la salud mental está bajo el reflector, con un aumento sostenido del índice de suicidios en Uruguay. En 2021 se registró el récord de autoeliminaciones , alcanzando un total de 731. El grupo de la población que tiene un mayor registro de suicidios son los policías, con tres veces más casos que el resto de las profesiones, explicó a El País el psiquiatra Enrique Smerdiner, referente del departamento de Salud Mental del Hospital Policial. En 2022 fueron 22 los efectivos que se quitaron la vida.

A su vez, durante el 2022 hubo 2.337 citaciones de efectivos del Ministerio del Interior para ser evaluados por una junta médica, casi un 10% del total de la fuerza efectiva (compuesta por 24.775 personas). El grupo de médicos decide, entre otras cosas, si se le reintegrará el arma al efectivo policial, a quien se la quitaron debido a la certificación prolongada por salud mental o por conductas inadecuadas, como denuncias por violencia doméstica. De octubre hasta la fecha los reintegros de armas fueron 69.

Existe un miedo que se extiende entre los policías y los frena para recibir la atención necesaria: “Voy al psicólogo y me desarman”, sostuvo Sandra González, directora de Cavid. Pero esto no sucede en todos los casos, sino que ocurre cuando existen situaciones de riesgo tanto para el funcionario como para su familia. Y este temor es el que buscan combatir las autoridades de la cartera, así como el Hospital Policial, porque la prevención psicológica es clave.

A los efectivos no solo les preocupa perder su arma, sino el perjuicio económico que implica la certificación. Cuando se les quita el arma no pueden realizar los servicios de 222 y pasado un plazo, que suele ser de 60 días, pasan a cobrar un subsidio del 65% del salario, el seguro transitorio de incapacidad parcial.

De todos modos, el miedo de los policías de ser atendidos por psicólogos se está revirtiendo, según González y Smerdiner, y los funcionarios aceptan ser asistidos cada vez más. El año pasado hubo más de 50.000 intervenciones de especialistas. Al momento son 74 psicólogos y 23 psiquiatras en el Hospital Policial y otros 15 psicólogos en Cavid.

Los sindicatos, sin embargo, remarcan que la asistencia aún es deficiente. Patricia Rodríguez, dirigente del Sindicato de Funcionarios Policiales de Montevideo (Sifpom), dijo a El País: “Somos una población vulnerable. El policía vive a diario situaciones de violencia, a veces extrema. Debería haber un abordaje cotidiano, con psicólogos accesibles en la emergencia para atender las situaciones violentas, no el psiquiatra que te receta una medicación y tenés hora con el psicólogo para dentro de dos meses”

Smerdiner le hizo frente a estos cuestionamientos y remarcó que el Hospital Policial tiene la mejor atención de psicología y psiquiatría del país. Ahora, incluso, con un psicólogo en puerta de emergencia.

La idiosincrasia

“El funcionario a veces no es tan abierto como para decirle a las autoridades lo que les está pasando”, indicó Sandra González. Esto también es lo que opina el comisario de la Seccional 17 de Montevideo, Jorge Díaz, que dijo que observa que sus subalternos se guardan para sí mismos las situaciones conflictivas. Algunos policías que deben atravesar un operativo complicado, en el que un delincuente es abatido, ni siquiera aceptan tomarse un día libre a la jornada siguiente.

Smerdiner apuntó, no obstante, que solo en el 10% de los casos los policías deciden quitarse la vida por alguna situación traumática mientras cumplían su función. En la mayoría de los casos el motivo es socioeconómico, sobre todo por problemas de pareja o falta de dinero. No obstante, subrayó que el suicidio es un fenómeno multicausal y por eso el trabajo policial puede influir en que se tome esta decisión.

Dos policías consultados por El País, una mujer de 31 años y un hombre de 38, señalaron que lo que genera la ansiedad, depresión o intentos de autoeliminación entre la fuerza son las cuestiones familiares, deudas, ser víctimas de rapiñas o vivir en zonas conflictivas donde conviven con delincuentes.

“El funcionario policial muchas veces hace de psicólogo y de asistente social, o ve escenas muy chocantes. Muchas veces ves cómo una persona pierde la vida en tus brazos”, contó el hombre. El policía dijo que vio compañeros retirarse por no aguantar más la tensión y otros que decidieron quitarse la vida y por eso el efectivo aseguró: “Cada vez necesitamos más apoyo y más seguimiento”.

Testigo dijo que disparo hacia el joven policía fue involuntario

Alrededor de las 20:00 horas del martes tres efectivos de la Guardia Republicana estaban patrullando cuando frenaron entre la avenida Burges y Julio Suárez para realizar el descanso correspondiente. Uno de ellos, de 26 años, tomó su arma de reglamento y realizó un disparo involuntario que hirió en la cabeza a su compañero, de 22 años.

La lesión fue grave y la víctima fue trasladada de urgencia al CTI del Hospital Policial, donde falleció ayer próximo a las 14:00 horas .

El policía que disparó aseguró a las autoridades que el tiro fue un accidente y esto fue confirmado por el tercer policía, que oficia como testigo. De todos modos, por protocolo se produjo una investigación administrativa y otra penal que lleva a cabo el fiscal de Homicidios de 1° Turno, Carlos Negro.

El Ministerio del Interior informó que tanto los compañeros del herido como su familia y la del funcionario que disparó se encuentran con atención psicológica y acompañamiento de Cavid. La directora González dijo a El País que el policía de 26 años “está estabilizado” y tiene una red de contención familiar “bastante buena”.

Atención de crisis

El Cavid es el que se ocupa de la primera “atención de crisis”, en menos de 24 horas un psicólogo se contacta con el policía y le ofrece una consulta presencial o telefónica.

En 2022 el Ministerio decidió crear una comisión de salud mental integrada por Cavid, el departamento de salud mental del Hospital Policial, la Dirección Nacional de Policía y los sindicatos. “Es algo inédito”, enfatizó González. También se creó una línea 0800 disponible las 24 horas.

Por otro lado, se iniciará un plan piloto para que haya un psicólogo en la puerta de emergencia para los intentos de autoeliminación o ideas de muerte.

Esto es algo que actualmente solo existe en La Española. La idea es implementar esta medida durante tres meses para decidir si es significativo y si es así mantenerlo.

También se tomaron medidas comunitarias. El director del departamento de Salud Mental contó que se llevó a cabo un taller de prevención denominado “Resiliencia policial” para que los efectivos puedan aprender a lidiar con las situaciones de frustración. En este encuentro participaron 500 policías de todo el país.

Además, se creó la figura de los “consejeros de pares”, policías que puedan actuar como “líderes positivos” en su grupo de trabajo. Que puedan apoyar a su compañero e incentivarlo a que reciba asistencia en caso de situaciones complejas que puedan estar afectando su salud mental.

Los ingresos a la policía

Una fuente del ámbito policial dijo a El País que los requisitos psicológicos para ingresar a la Policía no se están teniendo en cuenta en todos los casos. La falta de funcionarios en el interior del país lleva a que se permita ingresar a personas que no aprobaron el examen psicológico. El psiquiatra Smerdiner también fue en esta línea y remarcó que “hay que revisar” los ingresos a la Policía Nacional.

Pero la directora del Cavid opinó lo contrario y dijo que los controles de ingreso a la Policía son muy estrictos y por eso estos funcionarios pueden afrontar las situaciones límites que les toca vivir. Por eso en algunos casos viven cosas que para un civil generan estado de shock, pero ellos pueden continuar trabajando con normalidad.

“No nos olvidemos que el policía tuvo una preparación y calificación para esta tarea, aunque obviamente no dejan de ser seres humanos”, apuntó la jerarca del Ministerio del Interior. Y remarcó que, aun así, no están exentos de sufrir crisis psicológicas y por eso celebró que haya mayor apertura para recibir asistencia: “Están abiertos a recibir este seguimiento por el bien de ellos, por el bien de su función y por el bien de su propia familia”.