Así lo indicó el presidente del fondo de inversión Fintech, David Martínez, analizando la postura que ha tomado Argentina ante los fondos buitres. Estrategia que definió como “correcta”.
La estrategia del Gobierno frente a los acreedores que litigan en los tribunales de Nueva York (holdouts) es objeto de críticas generalizadas en lo jurídico y financiero. Sin embargo, David Martínez, presidente del fondo de inversión Fintech, cree que esa estrategia es la correcta. Fintech es uno de los grandes tenedores de bonos reestructurados en 2005 y 2010. Esos bonistas quedaron amenazados por los jueces neoyorquinos con la posibilidad de un default, en caso de que Argentina no pague también a los holdouts. En diálogo con La Nación, Martínez explicó por qué aprueba la estrategia oficial.
-Hay una opinión generalizada acerca de que la estrategia de Cristina Kirchner frente a los holdouts es equivocada. Usted cree lo contrario. ¿Por qué?
-Sí. Yo creo que su estrategia es 100% correcta. Pero para comprenderlo hay que ver todo el proceso. Desde el estallido de 2001, cuando la Argentina entró en default, pasando por los sacrificios realizados para recuperarse, hasta la situación actual, en la que un minúsculo grupo de litigantes altamente especializados pretende cobrar el 100% de sus créditos a cualquier costo. Cuando un país entra en una gran crisis, todos los contratos ceden ante la realidad. En la Argentina de 2001 se rompieron los contratos bancarios, comerciales, salariales, los de las concesiones de servicios públicos y también la deuda pública. Todos. En Europa, como consecuencia de la crisis actual, se han roto los contratos salariales y los de las pensiones. El ingreso de un país en esas macrocrisis deriva siempre en una gran renegociación que afecta a todos. Todos deben hacer concesiones y sacrificios para rebalancear las cosas en beneficio, incluso, de los propios acreedores. Pero aquí hay una minoría que quiere tomar ventaja de las concesiones y sacrificios que realizan los demás. Para ello, tienen de rehenes al país y a los inversores que sí aceptaron renegociar sus créditos.
-Pero fue el país el que fue a los tribunales de Nueva York. No fue invitado a ir. Y gracias a eso ofreció una jurisdicción más confiable y pagó menos intereses.
-Yo no estoy diciendo que no tienen título legal para reclamar ni que los tribunales están actuando fuera de su competencia. Pero el gobierno de un país tiene obligaciones con muchas más personas que estos litigantes, y debe actuar con justicia y equidad con todos. No solo atenerse a la justicia literal de un solo contrato. ¿Por qué privilegiar estos contratos sobre otros? Es verdad, los jueces pueden decir, como dijeron, “usted vino aquí, yo no lo llamé”. Pero también es verdad que el país fue a ese tribunal antes de la crisis. El tribunal está siendo utilizado por un célebre grupo de litigantes como palanca legal para extraer una ventaja de las concesiones otorgadas por el resto. Irónicamente, la cláusula que utilizan en contra de la Argentina se llama pari passu, que significa “en igualdad de condiciones” o “en forma equitativa”. Pero los tribunales la están aplicando para que estos litigantes, y solo ellos, cobren primero y más que todos los demás. Los jueces, en particular los de Nueva York, tienen una cultura proclive a mirar la letra pura del contrato. Solo queda el Gobierno para tener una lectura equitativa del problema y considerar a todos los que hicieron sacrificios para que el país se recuperara: los bancos, sus ahorristas, las empresas extranjeras y el 93% de los acreedores que renegociaron sus créditos.
-¿No es una torpeza ofrecer un cambio de jurisdicción a los bonistas cuando la Corte Suprema de EE.UU. debe analizar el caso?
-Para nada. A la Corte Suprema no le debería importar, porque se va a enfocar en la pregunta sobre la inmunidad soberana. La Presidenta hizo lo correcto y en el momento oportuno. No está claro que la Corte Suprema revierta la decisión de la Cámara de Nueva York. Entonces, la Presidenta advierte que hay muchos inversores abrumados por la incertidumbre. Y les ofrece un ancla. Ella debe despejar la confusión y el temor, y darles la certeza de que la Argentina tiene voluntad de pago ante el desamparo creado por una falla del sistema legal internacional.
-¿No piensa que el país va a pagar un costo altísimo repudiando la deuda con los holdouts ?
-No creo que la Presidenta esté repudiando esa deuda. En algún momento va a haber una renegociación con los holdouts . Pero para eso se tiene que poner a salvo de la extorsión actual, aunque la palabra suene un poco fuerte. Los tenedores de bonos reestructurados, que tomamos el riesgo de la reestructuración y le devolvimos capacidad de pago a la Argentina, hemos sido tomados de rehenes para facilitar la situación de los holdouts . El mercado debió evolucionar para evitar estas situaciones.
-¿A qué se refiere?
-A que las nuevas emisiones de bonos tienen cláusulas por las cuales, si hay default, el acuerdo con una mayoría muy amplia de bonistas obliga a los que no quieren a aceptar una reestructuración. Son modelos de contrato que no se estilaban en la época en que la Argentina emitió esta deuda, ahora en discusión. Es el mismo mecanismo que tienen las empresas privadas para garantizar que un porcentaje pequeño de acreedores no ponga en peligro la continuidad de la empresa. En este caso, la de un país.