En Argentina hay 700.000 hipertensos por consumo de alcohol

Cuando se exceden las dos copas diarias, se incrementa el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular o morir por causa cardíaca.

hipertensos-por-consumo-de-alcoholLa adicción a las sustancias psicoactivas -entre las cuales la principal es el alcohol, con un 10% de prevalencia entre la población adulta- o incluso su uso excesivo eventual son relevantes a la hora de evaluar el riesgo de sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular (ACV).
Los médicos que tratan la hipertensión arterial no solían preguntar por este tipo de hábitos. Lo cierto es que, de esa manera, se pasa por alto un factor fundamental de riesgo para la persona. “Hoy estamos logrando que la pregunta por el consumo de alcohol o de drogas forme parte del interrogatorio que el médico tratante debe hacerle a cada paciente, porque está claro que eso tiene una incidencia directa en la presión arterial, y que por lo tanto debe ser tenido en cuenta”, sostiene el doctor Fernando Filippini, presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), quien agrega que el abuso de sustancias “es un factor que suele extender el riesgo cardiovascular en la población hacia pacientes más jóvenes”.

MAS DE DOS COPAS

La relación entre el consumo de sustancias psicoactivas y los factores de riesgo cardiovascular fue uno de los temas debatidos en el último Congreso Argentino de Hipertensión Arterial, que contó con la presencia de uno de los mayores expertos mundiales en este tema, el doctor Juan Carlos Negrete, investigador en Psiquiatría de origen argentino que reside desde hace años en Canadá, donde es profesor emérito en la Universidad de McGill.
“Hay creencias en la población, y aun entre profesionales de la salud, que pueden conspirar contra un manejo clínico adecuado del paciente cardiovascular. Una de ellas es que el alcohol protege contra la enfermedad coronaria y los ACV”, explicó Negrete.
“Los datos demuestran que, efectivamente, la morbi-mortalidad es menor en personas que consumen un máximo de una o dos unidades por día; pero a partir de tres copas diarias o más, la curva asciende rápidamente”, añadió.
“Otro mito tiene que ver con la imagen preconcebida que se puede tener sobre quien es un toxicómano: hay tendencia a no buscar el diagnostico en personas que supuestamente no representan ese estereotipo, como por ejemplo, gente de edad, mujeres, gente de clase social alta o gente de éxito”, remarcó el especialista.
Cuando el consumo de alcohol excede la moderación de las dos copas diarias, afirmó Negrete, existe una asociación lineal entre el número de tragos por día y la elevación de la presión arterial. “El estado de privación de un adicto alcohólico puede influir significativamente en la medición de la presión arterial, según ha sido evaluado en seguimientos como el Estudio Kaiser Permanente”, prosiguió.
De acuerdo con un artículo publicado en los Fascículos de Actualización de la SAHA, entre un 5 y un 7 por ciento de los casos de hipertensión tienen su causa en el alcoholismo. Teniendo en cuenta que, según la Tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo dada a conocer el año pasado por el Ministerio de Salud de la Nación, la hipertensión arterial alcanza al 34% de la población adulta del país -en números redondos, unos 10 millones de personas–, el alcoholismo sería la potencial causa de la enfermedad en unos 700.000 argentinos.
Como síntesis, Negrete enfatizó que “no se puede tratar la hipertensión en una persona alcohólica sin corregir este último problema”.
El especialista señaló que el abuso de cocaína y otros psicoestimulantes, tales como las anfetaminas, anorexígenos, o drogas de diseño como el éxtasis, también “comporta serios riesgos cardiovasculares, aun en personas jóvenes, ya que puede provocar taquicardia, hipertensión arterial, vasoespasmo coronario, infarto de miocardio, arritmias, bloqueos, fibrilaciones, ACV y otros”.
Estas drogas tienen la particularidad de que pueden provocar casos de HTA aguda, que es transitoria pero muy severa.
Con este tipo de sustancias, aclara, el potencial daño es independiente de la adicción: “Las complicaciones cardiovasculares están generalmente relacionadas con la cantidad ingerida en un episodio dado de consumo, especialmente en casos de abuso de psicoestimulantes como cocaína o éxtasis. Es así que se las puede observar en individuos que no son necesariamente adictos, pero se han intoxicado excesivamente en esa ocasión”.