Cada tres meses, los grandes gestores de fondos en Estados Unidos dan a conocer sus estrategias de inversión. Berkshire Hathaway, el brazo financiero de Warren Buffett, es una de las firmas más seguidas por Wall Street. Se la conoce por su interés en las corporaciones “made in USA”, pero no se esperaba que anuncie su participación en el capital de la petrolera Exxon Mobil.
Buffett lleva años apostando por el renacimiento energético de EE.UU. Tiene participaciones en ConocoPhillips y Suncor, y es propietario de la compañía ferroviaria Burlington Northern Santa Fe, con la que controla la infraestructura que da salida al petróleo y el gas natural que emerge de los nuevos yacimientos que se explotan en el interior del país y Canadá.
Dennis Ross, antiguo negociador para Oriente Medio, dejó en evidencia que la autosuficiencia energética puede trastocar el equilibrio de fuerzas en la región.
El temor del diplomático es que haya un repliegue de EE.UU. como poder en la zona, porque ya no depende del petróleo del Golfo Pérsico. “Los efectos de la evolución energética de EE.UU. se sentirán más allá de Norteamérica y de la industria“, señala la Agencia Internacional de la Energía en uno de sus informes sobre tendencias.
El Departamento de Energía anticipaba, el pasado mes de octubre, que EE.UU. será ya este año el principal productor de petróleo y de gas natural del mundo, superando a Rusia y Arabia Saudí. Hace cinco años, el país producía menos de 20 millones de barriles diarios de petróleo y gas natural. Rusia superaba ese nivel combinando las dos fuentes fósiles, mientras que Arabia Saudí era el mayor productor de crudo. Ahora, la producción total estadounidense se acerca a los 25 millones de barriles y supera en el petróleo al país árabe.
Hoy en día, muchos países buscan crear un modelo viable para explotar gas natural atrapado en las formaciones rocosas. A EE.UU., pese a la controversia que genera esta técnica de extracción, le ha dado buenos resultados. En la actualidad, esta modalidad representa más del 40% de la producción total de gas natural estadounidense y el 15% del canadiense.
Con respecto al caso de Buffett, la petrolera ConocoPhillips cuenta con numerosos proyectos en marcha en Athabasca, mientras que ExxonMobil tiene 4.000 millones de barriles en reservas probadas en depósitos de esquisto en Canadá. Suncor, por su parte, es el mayor productor en arenas petrolíferas.
La proyección del Departamento de Energía es que la producción de petróleo de EE.UU. se mantenga en los 10 millones de barriles diarios entre 2020 y 2040. En el caso de los combustibles líquidos, subirá a 18 millones de barriles diarios en dos décadas y media. Eso permitirá reducir las importaciones netas al 25% en 2016, frente al 60% en 2005.
Con todo esto, ahora es posible que EE.UU. y Canadá se conviertan en exportadores netos de petróleo y gas natural en 2025, superando a los países de Oriente Medio. El Departamento de Energía espera que para el 2018 el país sea exportador neto de todas las formas de gas natural.
El problema es que este ajuste en el equilibro del poder en el mercado energético, también puede afectar las relaciones con Europa. Al producir su propia energía, EE.UU. reduce el desequilibrio en la balanza exterior y la economía se beneficia de una reducción en el precio del combustible que demanda su industria, ganando una importante ventaja competitiva. Eso explica por qué algunas multinacionales están volviendo a incrementar sus operaciones en el país.