Didi Chuxing, la empresa que china que competía con la startup estadounidense, terminó comprándola después de una costosa guerra comercial.
Uber China ya no responderá a su matriz estadounidense. La actividades de la startup de servicios de transporte con conductor serán absorbidas por su competidora local, Didi Chuxing, en una operación que pone fin a una costosa guerra entre las dos empresas.
Didi Chuxing anunció hoy el acuerdo que, según la agencia Bloomberg News, dará nacimiento a una nueva compañía valorada en 35.000 millones de dólares.
Ambos grupos libraron una guerra sin cuartel, con miles millones de dólares de subsidios a conductores y pasajeros y virulentas acusaciones, para controlar uno de los mercados más dinámicos del mundo.
Didi precisó en el comunicado que Uber y sus socios chinos tendrán un 20% de las acciones de la nueva estructura. El comunicado señala que Uber China podrá mantener su nombre y que Didi tendrá por su lado “una participación minoritaria” en el capital de Uber, sin mayores precisiones.
Fin de una guerra ruinosa
Pero ahora los fundadores de las dos compañías decidieron dejar de lado la acrimonia, haciendo un lugar al otro en sus respectivos comités de administración: Cheng Wei, presidente de Didi Chengxun, integrará el de Uber; y el jefe de Uber, Travis Kalanick, sesionará en el de Didi Chengxun.
En los hechos, el acuerdo deja el mercado chino en manos de Didi.
Según Bloomberg, Didi Chuxing invertirá mil millones de dólares en Uber, lo que valorará a la compañía estadounidense en 68.000 millones de dólares.
Uber anunció a inicios de año que sus operaciones en China le ocasionaban pérdidas de mil millones de dólares anuales. Los analistas estiman que los perjuicios sufridos por Didi eran equivalentes.
Kalanick, de Uber, expresó su satisfacción en Facebook. “Mucha gente pensaba que éramos ingenuos, locos o ambas cosas”, escribió sobre el intento de su empresa de tratar de penetrar en el mercado chino, donde se estrellaron “la mayoría de las compañías norteamericanas de internet”.
Uber, que irrumpió en China en 2014, consiguió implantarse en unas 60 ciudades y captar una demanda de unos 60 millones de trayectos semanales.
Como empresario, he aprendido que el éxito viene tanto de oír lo que dice la cabeza como lo que indica el corazón y que los negocios solo pueden mantenerse si son “rentables”, escribió Kalanick antes de explicar que solo la fusión ofrece la perspectiva de “recursos sustanciales”.
La operación se anuncia pocos días después de que las autoridades chinas anunciaran una nueva normativa para el transporte privado.
Entre esas normas figura la prohibición de que las aplicaciones de transporte ofrezcan servicios por debajo de sus costos, lo cual debería reducir el margen de los subsidios con el que las dos empresas apuntalaban su actividad.
Un conductor de Didi Chuxing mostraba poco entusiasmo por el acuerdo. “Si es verdad, las prestaciones ofracidas ahora por Didi o Uber se reducirán”, dijo a la AFP el chofer, apellidado Su.
Riesgo de monopolio
Didi, que asegura controlar el 90% del mercado, anunció el mes pasado haber obtenido 7.300 millones de dólares, de ellos mil millones procedentes de Apple, en una de las rondas de financiación más importantes del mundo.
Uber se ha convertido en una de las empresas emergentes más valoradas del mundo, presente en 50 países, pero también se ha enfrentado a problemas legales y protestas de los taxistas, en particular en Europa y América Latina.
Varios analistas afirman que el nuevo grupo podría crear una situación de cuasi monopolio en China. Otros ven en la operación una capitulación de Uber.
Según Bloomberg, la fusión pondrá fin a las “enormes pérdidas” de Uber en China, pero abre la vía para que la compañía estadounidense pueda salir a bolsa en el futuro.
Según informes publicados en mayo, Didi también prepara una salida a la Bolsa de Nueva York.