Este químico holandés ha creado un coche mil veces más pequeño que el grosor de un pelo.
Ben Feringa es el pionero de una revolución de dimensiones diminutas. Hijo de dos granjeros, se interesó por la química por la posibilidad de “construir su propio mundo molecular” y “hacer cosas que nunca han existido”. Hace unas semanas, este investigador de la Universidad de Groninga recibió el premio Nobel de Química junto a Fraser Stoddart y Jean-Pierre Sauvage por crear las máquinas más pequeñas del mundo. Las contribuciones de Feringa (Barger-Compascuum, Holanda, 1951) incluyen el primer motor molecular, con una hélice que se activa con luz, y un coche con tracción a las cuatro ruedas. Ambos son unas mil veces más pequeños que el grosor de un pelo humano. En la actualidad, entre las nano máquinas también existen interruptores, ascensores, lanzaderas, cohetes y dispositivos de almacenamiento de memoria. De visita en Madrid para participar en el 5º Simposio Científico de la farmacéutica Lilly, Feringa explica en esta entrevista cuáles pueden ser las aplicaciones más prometedoras de estos vehículos microscópicos.
Pregunta. ¿En qué trabaja actualmente?
Respuesta. Ahora mismo intentamos hacer todo tipo de materiales inteligentes. Estamos construyendo materiales que se pueden contraer y expandir, que se pueden mover, andar, o doblarse, como músculos artificiales. También intentamos incorporar interruptores en los medicamentos, para poder encenderlos o apagarlos cuando queramos.
P. ¿Cuáles serán sus aplicaciones?
R. Por ejemplo, existe un gran problema con la resistencia a antibióticos. Así que hacemos interruptores de manera que podamos encender o apagar los antibióticos usando luz. Esto permitiría activar el antibiótico solo cuando llega a la infección y, 12 horas después, cuando llega al medio ambiente, se desactiva, así que no fomenta la resistencia. En el caso de compuestos antitumorales, los actuales tienen muchos efectos secundarios. Lo que queremos es generar nuevos compuestos que se puedan encender solo donde haya un tumor, pero no causen problemas al resto del cuerpo. Hemos desarrollado estos fármacos inteligentes, aunque aún estamos en una etapa muy temprana. Quizás pasen 10 años o más antes de que se puedan usar en la clínica.
P. ¿Cómo de complejas serán las nano máquinas del futuro?
R. Tu cuerpo está lleno de nano máquinas que hacen posible que puedas ver, que te muevas, que tus células se dividan, etcétera. Por ahora somos muy buenos en hacer materiales nuevos, pero no en crear funciones dinámicas, cosas capaces de sentir, adaptarse. En el futuro esto abre un nuevo campo para desarrollar funciones adaptativas. ¿Qué puedes hacer con ellas? Es difícil de decir, un poco futurista. Pero mi predicción es que en 30 o 40 años un médico podrá inyectarte un diminuto nanosubmarino en la sangre que podrá ir a buscar una célula tumoral, o reparar algo, o transportar un medicamento. Yo he hecho la loca afirmación de que quizás en 50 años podremos inyectar un cirujano en el cuerpo, porque ese cirujano será un nano robot. Es ciencia ficción, pero es posible.
P. ¿Podrían crearse nano máquinas capaces de fabricar otras nano máquinas?
R. Eso es un poco ciencia ficción. Por mi parte yo no lo haría. Encuentro más interesante encontrar modelos de evolución química que expliquen cómo aparecieron las primeras células primitivas. Evolución química unos 1.000 millones de años antes de la evolución biológica. ¿De dónde viene la vida? Quizás fue la mano derecha de dios. Quizás fue la unión de elementos químicos para formar un sistema complejo que pudiera replicarse. No lo sabemos. Quizás podamos construir pequeños replicantes simples, ese es el primer paso, pero eso está lejos de crear nano replicantes.
P. ¿Puede que perdamos el control sobre estas nanomáquinas?
R. No lo creo. Por supuesto hay que tratar los nanomateriales como cualquier otro compuesto químico, como cualquier otro medicamento. Cuando desarrollas nuevos compuestos, se tarda unos 10 años en probarlos en personas. Si desarrollamos los medicamentos inteligentes probaremos por supuesto si son tóxicos.
P. Este año ninguna mujer ha recibido el Nobel. Históricamente, los hombres se han llevado el 98% de los premios de Química, el 99% de los de Física, y el 94% de los de Medicina. ¿Cree que las mujeres son invisibles para estos premios?
R. El comité, los asesores y los nominadores son los que juzgan quién merece el Nobel. Yo creo que las mujeres deberían tener las mismas oportunidades que los hombres. A medida que vemos más mujeres en campos como las ciencias naturales espero que habrá muchas más mujeres que reciban el premio Nobel en el futuro. Se debe en parte a que en el pasado ha habido pocas mujeres, pero ahora ves muchas en las ciencias naturales, en química, en física, en biología, etcétera.
P. Pero ha habido mujeres en ese y otros campos durante bastante tiempo y ha habido excelentes químicas y físicas ¿Puede haber algo más que esté introduciendo un sesgo?
R. No lo creo. Pero espero que haya muchas más que lo reciban en el futuro.
P. ¿Cuál es su consejo para los científicos jóvenes?
R. Que no teman entrar a una aventura con la naturaleza. Que intenten trabajar en cosas originales, mirar más allá de nuestro horizonte actual, porque las soluciones pueden venir de un ángulo totalmente distinto. Nadie predijo el fenómeno de los teléfonos móviles, ni siquiera hace 20 años, la forma en la que nos comunicamos gracias a Internet, gracias a los smartphones, los ordenadores portátiles. Mi mensaje es que sean un poco osados, que no se asusten. Pero, por supuesto, también su Gobierno debe entender que debe invertir en ciencia y en el futuro de la gente joven, porque eso lo hará posible.