En el juicio por su extradición a Chile, Facundo Jones Huala reivindicó la violencia: “Soy combativo y revolucionario, y no me arrepiento”

Cuando llegó al Escuadrón 36 de Gendarmería Nacional, gritó “¡Viva la RAM”!. La justicia chilena lo reclama por un incendio que cometió en el país trasandino.

Este jueves a las 10 de la mañana, un novedosamente prolijo líder de la Resistencia Ancestral Mapuche; Facundo Jones Huala, se sentó ante el tribunal que debe decidir si volverá a ser extraditado a Chile, donde le resta cumplir un año y cuatro meses de prisión por un delito de quema de una hacienda que cometió en 2013.

​Luego de reivindicar a la RAM con un grito y el puño en alto, cuando le tocó hablar reivindicó los ataques violentos que los mapuches extremistas vienen cometiendo el n la Patagonia, a ambos lados de los Andes: “Soy combativo y revolucionario, y no me arrepiento. Estoy orgulloso de serlo”, advirtió.

“No me van a doblegar, soy una persona, un hombre mapuche de las clases populares”, se presentó.

Pero Jones Huala todavía estaba calentando motores: “usted es un corrupto, se lo digo de frente, sin faltarle el respeto”, le dijo al juez Gustavo Villanueva, quien debe decidir si destino.

Luego continuó con un discurso político en el que prometió seguir combatiendo “contra el capitalismo” y aseguró que “nos tienen miedo. Ojalá estuviéramos armados como todos estos policías, ojalá portáramos las mismas armas y ametralladoras, para enfrentarnos de igual a igual”.

“Si quieren terminar con nuestra lucha, tendrán que fusilarnos” dijo también.

Las palabras de Jones Huala contrastaron con su nuevo aspecto, completamente diferente al que tenía cuando fue encontrando en un quincho en un barrio periférico de El Bolsón, el 30 de enero pasado.

La policía rionegrina lo apresó por estar prófugo de la justicia chilena. Estaba ebrio, con el pelo largo y como perdido. Tal como publicó este diario el miércoles, su familia asegura que está estudiando, aunque vale recordar que Jones Huala reivindicó siempre que no reconocía a las instituciones argentinas y chilenas sino a la “nación mapuche”. Dijo que libraba una “guerra” contra los “capitalistas ocupantes”, propietarios y empresas extranjeras.

Este jueves, al llegar a la audiencia en el Escuadrón 36 de Gendarmería Nacional, en Esquel, Chubut, gritó: «Que viva la RAM para todos los que dicen que la RAM no existe, la RAM existe y resiste”. Luego levantó el puño en su conocido gesto desafiante y llegó con bolsa humilde en sus manos en la que suele llevar sus pertenencias. La audiencia estaba siendo transmitida en vivo.

Este juicio, que fue varias veces postergado, está a cargo del juez subrogante del Juzgado Federal de Bariloche, Gustavo Villanueva. Huala está en Esquel con prisión preventiva. Primero estuvo en una comisaría de El Bolsón y luego fue trasladado a la Unidad Penitenciaria Federal.

Dos ex militantes de la organización armada Montoneros, los abogados Gustavo Franquet y Eduardo Soares, son los defensores del activista mapuche. Ante el revuelo que se armó, ambos reivindicaron que se trata de una decisión de “solidaridad” de La Gremial de Abogados de la República Argentina.

Según supo Clarín, como lleva seis meses preso, ello se le computará a su favor para el año y cuatro meses que le restaba cumplir en Chile. Y analistas consultados consideran que, si no hubiera cometido tantos errores de fugarse permanentemente de la ley -la última vez que pasó ilegalmente de Chile a la Argentina fue en febrero de 2022 cuando la justicia trasandina ordenó que debía volver a la cárcel- ya podría estar libre.

El se declara un “preso político”.