El ex presidente de la Asociación de Amigos de Parque Camet, Jorge Carmellino habló esta mañana en la 99.9 sobre la denuncia penal que presentó por la venta de entradas truchas en el ingreso. “Traté de trabajar por el bien de la ciudad y para que el Parque sea lindo, pero terminé asustado o acobardado”, indicó sobre el destrato que sufrió.
La situación del Parque Camet ha sido denunciada en muchas oportunidades por los vecinos de la zona, pero puntualmente quien se desempeñó como presidente de la Asociación de Amigos del Parque, Jorge Carmellino, decidió ir a fondo.
Presentó una denuncia penal por la venta de entradas adulteradas en el ingreso principal del parque y también se hizo presente en la Comisión de Deportes del Concejo Deliberante para hablar al respecto. Esta mañana, en la 99.9, Carmellino destacó que “esto comenzó en octubre del año pasado cuando estuve observando a las personas que cobraban la entrada principal al Parque Camet y había muchas fotocopias. Esto sucede hace mucho, pero decidí estudiarlo”. Luego agregó: “se entregaban números falsos a un valor de 6 pesos cada uno en el mes de octubre y se entregaron unos 300 en un día, lo cuál hace 1.800 pesos de recaudación”.
Además de esta particularidad, hubo un desgaste durante mucho tiempo que lo llevó a dejar su lugar, presentar la renuncia: “cuando fui el último día a retirar mis cosas como presidente de la Asociación de Amigos de Parque Camet, recibí por parte de un vigilador que nada tiene que ver con nada, una patada en el auto. Casi como si fuera una gracia por denunciar. Siempre hubo una mala intención cuando denunciaba de unos contra otros. Por fin terminé mi rol, todo lo que pude hacer lo hice”, destacó.
La inseguridad es uno de los puntos que insistió en que se debía mejorar, pero nunca encontró respuestas y ante el manejo político de la gestión fue diezmando su voluntad de reclamo: “hay muchas cosas con las que difiero respecto de cómo se realizan las tareas en el Parque. Me cansé de hacer reclamos por el tema seguridad, tenemos un escuadrón de caballería espectacular ahí adentro que está en comodato por la seguridad del parque pero no hacen nada.Traté de trabajar por el bien de la ciudad y para que el Parque sea lindo, pero terminé asustado o acobardado”, advirtió.
Las promesas estaban a la orden del día e incluso tuvo que prestarse para un anuncio que pensó que sería productiva, pero después terminó en la nada. “Le dijeron a los ciudadanos que se traían tres coches locomotoras para el museo de las comunicaciones, pero nunca se logró nada. Había que traer los vagones para hacerlos circular por la costa para unir el Unzué con el Museo de Arte Contemporáneo y el Museo de las Comunicaciones, pero no se hizo. Como responsable debía poner la cara y salía en la tapa de los diarios”, recordó.
Su paso por la Asociación de Amigos de Parque Camet le ha dejado un sabor amargo, porque las definiciones políticas que estuvieron en el medio jugando siempre su juego, le arrebataron algo más que tiempo. “Hubo llamados telefónicos hablando pavadas y me hicieron pelear hasta con quien era mi pareja. Incluso unos días antes había fallecido mi madre y siguieron insistiendo con lo mismo, no tienen límites”, remarcó en el final.