En la Italia del populismo y la crisis económica, los mammoni se multiplican

Por las dificultades laborales y la comodidad, más jóvenes de entre 18 y 34 años viven con sus padres.

No hay nada que hacerle: los jóvenes italianos siguen sin querer dejar el nido. El viejo fenómeno de los llamados mammoni o bamboccioni, los jóvenes que viven bajo el mismo techo de los padres también después de recibirse y en busca de un empleo estable, volvió a aumentar en el país.
¿El motivo? Al margen del cultural -la tradición de la mamma consagrada a servir a su hijo como un rey hasta edades avanzadas-, se destaca la difícil situación económica, que corta las alas e impide el camino de la independencia.
Aunque se había registrado un cambio de tendencia en 2016, cuando hubo una baja (65,8%), en 2017 el porcentaje de italianos de entre 18 y 34 años que declararon vivir todavía con los padres subió. Alcanzó el 66,4%, el nivel más alto en Europa después de Grecia, Croacia y Malta.
Se trata de datos difundidos por Eurostat, la oficina de estadísticas de la Unión Europea (UE), que destacó que en Italia es especialmente alto el porcentaje de quienes aún están en casa entre esas edades, un sector que debería haber terminado los estudios terciarios y empezado a trabajar.
Mientras que entre los 18 y los 34 años aún vive en la casa materna casi dos jóvenes italianos de cada tres -el promedio de la UE es de 50%-, en el grupo de edad más alto, entre los 25 y 34 años, aún no se emancipó el 49,3% de los italianos, frente a un promedio del 30,6% en la UE.
La comparación con países específicos es todavía más ilustrativa del fenómeno italiano: mientras que uno de cada dos jóvenes italianos de 25 a 34 años vive con los padres, el porcentaje en Alemania es de 17,3%; en Gran Bretaña, 14,9%, y en Francia, 13,5%. Los que más dificultades tienen para dejar la casa de los padres son sobre todo los varones: entre los 18 y los 34 años los jóvenes italianos que declaran vivir con la mamma son el 72,7% del total (56,2% en Europa), contra el 59,8% de las mujeres de la misma edad (43,5% en la UE).
La diferencia aumenta en el grupo de edad que va de los 25 a los 34 años, con el 57% de los varones italianos aún en casa, frente al 40,6% de las mujeres.
Ante la consulta sobre la condición personal del joven que vive todavía con los padres, el 26% de los mammoni entre 18 y 34 años declaran estar ocupados a tiempo completo; el 5,6%, ocupado a tiempo parcial; el 22,8%, desocupado; el 41,8% son estudiantes, y el 3,6% se declaran inactivos. En el grupo entre los 25 y los 34 años, los porcentajes cambian: el 41,8% trabaja a tiempo completo; el 7,8%, a tiempo parcial; el 26,9% se declara desocupado; el 18,8 aún estudiante y el 4,8%, inactivo.

Estructura

Según el filósofo Carlo Lottieri, se trata de un fenómeno antiguo, relacionado con la estructura de la sociedad italiana, en la que las madres tienen un rol preponderante.
“No se despega y no se toma vuelo porque en el fondo es muy cómodo no tener que preocuparse de muchas cosas: desde la limpieza del cuarto hasta el manejo de las facturas domésticas, al cuidado de la ropa. También después de los 30 años, el joven italiano, sobre todo si es varón, sigue siendo un eterno Peter Pan que no quiere formar una familia, tener hijos, construirse un futuro”, indicó Lottieri en un artículo en Il Giornale.
Pero en la raíz de esta tendencia ancestral también hay motivos económicos. “Los jóvenes de hoy se encuentran en un marco muy distinto al de la fase histórica posterior a la Segunda Guerra Mundial, en la que toda Europa conoció una expansión formidable y cada generación parecía destinada a vivir mejor que la anterior”, explicó Lottieri. “Ahora ya no es así: después de que el estatismo de los baby boomers consumió todo lo consumible y acumuló deudas de todo tipo, quien tiene menos de 40 años se encuentra difícilmente en una situación mejor que la de sus padres”, agregó.
En este contexto, para Lottieri resulta “absurdo” defender la idea de una renta de ciudadanía, el caballito de batalla y promesa electoral del Movimiento Cinco Estrellas (M5E), que integra junto a la xenófoba Liga la coalición populista que gobierna Italia.
“Si nos preocupamos, justamente, de los jóvenes que siguen siendo siempre niños, lo que no debemos absolutamente hacer es construir un mecanismo redistributivo que les dé una renta, aunque sea modesta, a los que se quedan todo el día en casa”, afirmó.
Para Lottieri no es culpa de los jóvenes si no se van del nido materno y si, en muchos casos, ni siquiera buscan empleo. “De hecho, son los adultos los que han construido un sistema económico y social cerrado, protegido, asistencial, en el cual es difícil poner una empresa”, opinó.
“Si queremos terminar con los bamboccioni, habría que introducir más libertad de iniciativa en la economía italiana y, más en general, en nuestra sociedad. Un joven tiene derecho a trabajar y a emprender sin tener que pedir innumerables autorizaciones a quien vive de recursos que no produce”, sostuvo. “Y si las cosas no son así, no nos sorprendamos si después se queda en su familia, viviendo de la pensión del abuelo”, concluyó.