La abogada María Carpinetto habló esta mañana en la 99.9 sobre el caso en el cual interviene y donde hay una extraña usurpación en una zona comercial y residencial importante de la ciudad. “A las dueñas las sacó la policía de adentro de la casa. Terminaron detenidas, difamadas y golpeadas”, destacó.
Si bien habitualmente las usurpaciones en Mar del Plata se repiten, pocas veces tienen las características de lo ocurrido en una zona comercial y residencial de la ciudad tan cotizada como es la de la calle Güemes.
Una casa fue usurpada. Y en el medio, hubo un desalojo protagonizado por la policía que terminó con ciertos incidentes que aún hoy se están analizando. La abogada de las propietarias de la casa en cuestión, la Dra. María Carpinetto, habló esta mañana en la 99.9 y puntualizó que “el aspecto territorial le dio un matiz distinto a esto, pero dentro de la misma problemática de falta de viviendas. Lo claro es que comienza con una irregularidad que termina siendo una ilicitud”.
El problema surgió con un contrato de alquiler de un garaje donde funcionaba un comercio: “la casa tenía una explotación comercial con habilitación municipal, pero por la propia intervención del Estado se termina en una situación de vacío donde la víctima termina sin poder ejercer su derecho de ciudadanía”. Luego abundó: “cuando el Estado municipal participa porque da la clausura de un local para que ingresen las propietarias, se genera un conflicto con la policía, que es la que saca a las dueñas del lugar porque había una habilitación clausurada mal otorgada. Es extraño respecto de otras usurpaciones, pero no deja de ser una usurpación”.
Estas cuestiones de usurpación, comunes en muchas zonas de la ciudad, tienen una sola explicación: “esto es porque no hay una política municipal que atienda la realidad de la ciudad, que crece no solamente desde la inversión inmobiliaria sino también en lo habitacional”.
No se trata tampoco de personas que no tienen un techo y que, ante la desesperación, toman lo que es ajeno. Carpinetto explicó: “en este caso, hay una red que se dedica a esto; sino, ¿cómo saben de la casa?. Tiene que haber una inteligencia previa donde se conoce que no está el propietario. Después entra la ficción jurídica, que parece muy complicada. Si tengo una casa usurpada, debo ir a un litigio civil que dura muchos años”.
En el caso puntual donde tiene actuación, aclaró que “hay un sucesorio con gente que no vive en Mar del Plata. A partir de que no vive aquí, generan una ficción de un derecho legítimo sobre el inmueble pero que no logra el cambio de titularidad catastral. Tenemos la casa con un derecho que puede ser un boleto de compra-venta u otras ficciones, que nadie lee y dice que tal o cual persona por tal motivo tiene derecho sobre la casa”.
El problema surgió con la presencia policial en el lugar, que desató el escándalo: “cuando se intenta recuperar la casa, aparece la policía, que no les permite tomar nuevamente su casa. En lo penal se discute el hecho de estar dentro de la casa. Si el dueño no demuestra que la usurpación fue engañosa, se queda el usurpador dentro de la casa, porque el policía no los va a retirar. Lo que sucedió es que acá estaban las dueñas dentro de la casa y las sacó la policía. Las dueñas terminaron detenidas, difamadas y golpeadas”.
Los marplatenses se imaginan que no puede haber nadie que justifique las usurpaciones, pero al no actuar ante los hechos, también se avala lo sucedido: “esto se genera porque dentro de la ciudad no hay una planificación de zonas. Si uno hace un mapa de usurpaciones en Mar del Plata, está todo claro. Muchas veces son los vecinos los que denuncian, buscan la manera de protegerse. Con las usurpaciones, el barrio termina cambiando”.