Estuardo Ortiz apoyó el cierre de El Palomar y la mudanza de la operación al Aeroparque Jorge Newbery. El aeropuerto de las low cost dejó de funcionar en 2020.
En medio del debate sobre la política aerocomercial, Estuardo Ortiz, el CEO de la low cost JetSmart, respaldó el cierre de El Palomar y su mudanza al Aeroparque Jorge Newbery. Con Flybondi, la aérea fue la precursora de las aerolíneas de bajo costo en el país, que entre 2018 y 2020 operaron en esta terminal bonaerense que se terminó de desmantelar el año pasado, luego de que se acordara trasladar su operación al aeropuerto de Ezeiza, en primera instancia, y finalmente al aeropuerto metropolitano.
El titular y fundador de la aérea -que nació en 2016 y es parte del fondo de inversión Indigo Partners, propietario de otras low cost como la estadounidense Frontier Airlines, la mexicana Volaris y la húngara Wizz Air- aclaró que JetSmart planea quedarse en Aeroparque, sea cual sea el resultado electoral.
“El Palomar era un aeropuerto que tenía grandes desafíos operativos. Habiendo mudado la actividad a Aeroparque, vemos que tiene gran potencial de crecimiento y eficiencia, con una ubicación geográfica estratégica. Con quien sea que gane las elecciones presidenciales, tendremos que conversar del tema. Es complejo que Buenos Aires tenga tres aeropuertos”, señaló el ingeniero industrial guatemalteco en una entrevista con el diario Clarín.
Cuando JetSmart adquirió la operación local de Norwegian en 2019, antes de la pandemia, heredó los tres espacios que tenía esta aerolínea en Aeroparque y conservó los cinco de JetSmart en El Palomar. Pero la configuración cambió con el cierre de esta terminal, la única a la que se podía llegar en tren. Hoy, la compañía tiene la flota repartida. Ya en octubre, Ortiz había declarado que no había perspectivas de que El Palomar regrese y expresó su intención de concentrar la actividad en Aeroparque. “Ese sería el modelo idóneo”, afirmó en una entrevista con este medio.
Es que no les resulta económicamente sustentable mantener dos aeropuertos operativos en una misma zona de influencia, es decir, operar en el Área Metropolitana de Buenos Aires repartiendo sus vuelos entre Aeroparque y Ezeiza.
La recta final del desmantelamiento de El Palomar comprendió el retiro de equipamiento de Flybondi que todavía quedaba allí en octubre. Consultada al respecto en ese momento, desde la aerolínea le explicaron a El Cronista que se trató de equipos de rampa que serían trasladados a Ezeiza. En una de las fotos que se viralizaron se veía cómo un camión se llevaba una escalera motorizada perteneciente a la empresa. Para ese entonces, desde JetSmart aseguraron que todo el equipamiento ya había sido retirado oportunamente.
Medios locales informaron en enero del año pasado que camiones de gran tamaño fueron estacionados en la puerta de la base para llevarse los artículos que todavía permanecen ahí, lo que generó protestas de vecinos y comerciantes del oeste del conurbano, acompañados de referentes de la oposición y miembros de agrupaciones -como ‘Vecinos y comerciantes autoconvocados de El Palomar”, “Banquemos al Aeropuerto Asociación Civil”, “Banquemos” y “ACR”-, que frecuentemente organizan reclamos para pedir que la terminal vuelva a operar.
Cómo sigue el conflicto por El Palomar
Hoy, el aeropuerto está abierto, pero no está operativo para las líneas low-cost, sino para las aeronaves de la 1ª Brigada Aérea de la Fuerza Aérea Argentina. También se realizan actividades de escuelas de vuelo y traslados oficiales. En 2021, por ejemplo, despegó un Hércules como parte de una misión humanitaria, para asistir a la población de Haití afectada por un terremoto.
En 2020, tras el cierre de la estación por la pandemia, el fallecido ministro de Transporte Mario Meoni había anticipado la reapertura del aeropuerto. Sin embargo, el Gobierno resolvió no habilitarlo, por medio de una decisión del Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna). La medida sorprendió a Flybondi y JetSmart, que esperaban reanudar sus actividades allí cuando se levantara la cuarentena aérea.
La única terminal que quedó habilitada en Buenos Aires fue Ezeiza, ya que el Aeroparque Jorge Newbery estuvo cerrado por obras de refacción hasta marzo de 2021. Más tarde, en octubre de ese año, la Corte Suprema de Justicia de la Nación dispuso mantener la suspensión de la actividad aerocomercial en El Palomar hasta tanto las autoridades competentes presentaran un estudio de impacto ambiental. El máximo tribunal dio así la razón a un grupo de vecinos de las localidades de Hurlingham, Morón y Tres de Febrero que efectuaron reclamos y pedían el cierre del aeropuerto.
En enero de 2018, autoconvocados nucleados en la organización ‘Stop Flybondi’ obtuvieron un amparo para que se suspendieran los vuelos, que fue revocado parcialmente un mes después, cuando Aeropuertos Argentina 2000 informó los resultados de un estudio relacionado a la evaluación de riesgos medioambientales.
Pero sobre esa revocatoria, los vecinos recurrieron en queja a la Corte, que finalmente resolvió a favor de ellos: consideró que no eran suficientes los detalles técnico-ambientales presentados para el funcionamiento del aeropuerto y reclamó “un estudio de impacto ambiental integral”. Esto significa que “debe contemplar todas y cada una de las obras y actividades que se van a desarrollar en todas las etapas proyectadas”.
Desde el Orsna, explicaron que las cuestiones técnicas y sanitarias que impidieron la reapertura comercial se mantienen. La entidad reporta al Ministerio de Transporte de la Nación. Se encarga de fiscalizar infraestructura aeroportuaria y supervisar a los concesionarios y administradores aeroportuarios.