Condenó los atentados de Londres durante un interrogatorio del espionaje británico.
Mohamed Emwazi, el terrorista que se esconde tras la capucha del verdugo estelar de Estado Islámico, niega ser un extremista en una grabación del 2009 que acaba de aparecer y condena los atentados de Londres del 2005. El documento sonoro ha sido facilitado por Cage, una organización que en teoría aboga por los derechos personales, pero que ha sido relacionada varias veces con el radicalismo salafista. Enwazi hizo esas declaraciones a Cage tras ser interrogado por agentes del espionaje británico, el MI5, en el aeropuerto de Amsterdam. El hoy conocido como Jihadi John llegó a Holanda tras ser deportado de Tanzania por la sospecha de que quería unirse desde allí a una facción de Al Qaida en Somalia.
En la grabación del 2009, Emwazi, que hoy tiene 26 años, se queja del trato recibido por los servicios de seguridad británicos. Acusa al MI5 de amenazarlo y de intentar poner en su boca palabras que no dijo. Según su relato, un agente que se hacía llamar Nick le preguntó qué opinaba de los atentados de Londres de julio del 2005, en los que murieron 56 personas por cuatro bombas, en el metro y en un autobús. «Murió gente inocente y eso es extremismo», asegura haber respondido Emwazi, que añade que “si pudiese recuperar esas vidas, lo haría”. Siempre según su relato, el agente intentó reclutarlo, le dijo que lo tenían controlado y le facilitó su teléfono en un papel para contactar en Londres. El asesino de Estado Islámico explica que explicó a su interrogador que él no era un radical: «Después de haberte dicho que lo que está pasando es extremismo, ¿cómo puedes creer que soy un extremista?».
La controvertida asociación Cage, que ha facilitado la grabación, viene a sugerir que el interrogatorio pudo haber precipitado la radicalización de Emwazi. Pero el auténtico vivero donde se fanatizó parece ser la Universidad de Westminster, el centro donde estudió Informática, allí los agitadores a favor del salafismo ofrecen conferencias con gran frecuencia (22 desde marzo del 2012 hasta hoy, por ejemplo).
Mohamed Emwazi nació en Kuwait. Sus padres viajaron a Londres en 1993, huyendo de la Guerra del Golfo, y con ellos, Mohamed y su hermana pequeña, que hoy es una profesional de éxito en Reino Unido. El padre se convirtió en gerente de una compañía de taxis y la madre en una ama de casa, que tuvo cuatro hijos más en Inglaterra. Vivían cerca de Notting Hill y él que hoy puede que sea el hombre más odiado del mundo por sus alardes sanguinarios con gente desvalida llevó una infancia convencional de niño inglés, incluso acudió a una escuela de la Iglesia de Inglaterra y jugaba al fútbol 7. Sus profesores lo recuerdan como un chico trabajador y diligente. Logró sin problema los A-Levels que en el Reino Unido franquean el salto a la universidad y estudió también con buenos resultados programación informática.
En 2009 viajó a Tanzania con dos amigos, en teoría para unas vacaciones de Safari. Pero fueron deportados nada más llevar, por la sospecha de que en realidad intentaban cruzar a Somalia para enrolarse en las milicias de Al-Shabab, una franquicia de Al Qaeda. Controlado por el MI5, fue interrogado en el aeropuerto holandés de Schiphol a su regreso. Emwazi se quedó a Cage de que el MI5 sabía dónde vivía y con quienes andaba y durante cuatro años agentes del servicio de espionaje lo interrogaron a él y su familia una docena de veces. Lo lamentable es que ni siquera así se lograse frenar al psicópata que asesinó a James Foley en agosto, iniciando a partir de ahí una horrible carrera de decapitaciones propagandísticas.
Mohamed Emwazi desapareció en 2013. Su familia denunció el hecho a los tres días de echarlo en falta. Hoy sus familiares, que siguen en Londres, continúan manteniendo que no es el hombre que se oculta tras la capucha y al que se conoce como Jihadi John.