Adriana Ocampo, directora del programa Nuevos Horizontes de la NASA, habla de la posibilidad de encontrar vida durante la próxima década.
Adriana Ocampo nació en Barranquilla (Colombia), en 1955, justo dos años antes de que los rusos lanzasen el Sputnik inaugurando la carrera espacial. Durante su infancia, pasada en Argentina, quiso ya formar parte de aquella epopeya. “Desde niña mi sueño era trabajar en la NASA y empecé a hacerlo casi antes de graduarme de la secundaria, en 1973, ¡hace muchísimo tiempo!”.
Desde entonces ha participado en muchos de los grandes proyectos de la agencia espacial estadounidense y ha visto cómo cambiaba nuestra imagen del Sistema Solar. Durante gran parte de su vida, la imagen que teníamos de Plutón era poco más que una mancha imprecisa, algo que cambió totalmente con la llegada de la sonda New Horizons, un proyecto que forma parte del programa Nuevas Fronteras de la NASA que dirige Ocampo.
El miércoles, esta geóloga nacida en Colombia que habla español con acento argentino, estuvo en la Facultad de Físicas de la Universidad Complutense de Madrid para hablar sobre esta misión a Plutón dentro del ciclo Hablemos de física.
Pregunta. Usted empezó colaborando en misiones como las Viking, las primeras que aterrizaron en Marte, y ahora dirige un programa que nos ha llevado a Plutón con New Horizons o a Júpiter con Juno. ¿Cómo ha cambiado nuestra visión del Sistema Solar desde que usted llegó a la NASA hace más de cuatro décadas?
Respuesta. Gracias a las misiones de exploración espacial hemos descubierto que en nuestro propio sistema solar existe el potencial de nichos de vida en mayor abundancia de lo que se esperaba. Fuimos a Marte con las Viking con el objetivo de ver si por lo menos había agua líquida. Gracias a estas misiones y a las que vinieron posteriormente, hoy podemos confirmar que hay agua líquida en el subsuelo de Marte y hemos identificado tres ingredientes clave para la vida: material orgánico, agua líquida y una fuente de energía.
Con esos tres ingredientes se da el potencial de que la vida se dé como la conocemos, es algo probable. Lo hemos encontrado en una de las lunas de Júpiter, Europa, e incluso en Ganímedes. Estamos encontrándolo también en la luna más grande de Saturno, Titán, y en Encelado. Allí hemos visto que hay chorros de agua. En esta pequeña luna de Saturno también existen esos tres ingredientes. Incluso en Plutón. Cuando lo sobrevolamos con New Horizons nos sorprendió que allí no solo hay agua en forma de hielo, sino también potencialmente líquida, en su subsuelo. Es posible que Plutón sea un mundo oceánico, algo que no concebíamos anteriormente. Es mucho más activo de lo que creíamos.
Se nos ha abierto una nueva visión de nuestro sistema solar, de donde antes pensábamos que se pudo dar la vida a donde hoy sabemos que hay potencial de que se haya dado o pueda darse incluso ahora en forma molecular. En la próxima década, dentro de nuestras vidas, vamos a poder corroborar y descubrir si hay vida en otras partes, o bien en nuestro sistema solar o en la galaxia.
Hace cuatro décadas no conocíamos ningún exoplaneta. Hoy hay más de 3.500 corroborados. Y el universo, como decía Carl Sagan, está compuesto de miles de millones de miles de millones de galaxias. Estadísticamente, las probabilidades de mundos habitables son muy altas y llegar a responder esa pregunta clave que todos nos hemos hecho como civilización y como especie, si estamos solos en el universo, es uno de los regalos más grandes que la exploración nos está dando.
P. Juno, la sonda que enviaron a Júpiter, también está descubriendo facetas desconocidas de ese planeta
R. Júpiter es como un sistema solar dentro de nuestro sistema solar y Juno nos ha abierto las ventanas al entendimiento de lo que está dentro. Juno es una nave única. Nunca habíamos ido con paneles solares como fuente de energía al planeta gigante. Y la nave, con esta coraza que tiene, este cubo de titanio y aluminio que la protege de las balas cósmicas que emite el gran planeta, ha podido sobrevivir y está operando excelentemente. Estamos viendo que Júpiter tiene un núcleo, algo que es muy importante, porque no sabíamos si tenía. Si pudiéramos llegar a entender la fuerza detrás de Júpiter, por qué emite más energía de la que recibe, quizá llegásemos a una nueva fuente energética que en algún momento nos podría ayudar aquí en la Tierra.
P. New Horizons viaja ya hacia el cinturón de Kuiper. ¿Qué es lo próximo que nos va a enseñar?
R. New Horizons en unos meses va a sobrevolar un nuevo mundo que vamos a descubrir todos juntos como civilización. La NASA va a estar emitiendo la información y las imágenes la semana del uno al cinco de enero de 2019 en tiempo real. Vamos a conocer este nuevo mundo que es un mundo binario y se llama Ultima Thule. Es un nombre que viene de la mitología nórdica. Así se llamaba a cuando se llegaba al punto último y más allá estaba lo desconocido. Se hizo una competición alrededor del mundo y este ganó. Es el nombre que se le ha dado informalmente, porque aún no ha sido aprobado por la Unión Astronómica Internacional.
P. Y también van a ir hasta un asteroide
R. OSIRIS-REx va a ir a Bennu. Este asteroide es extraordinario. No solo tiene el material más primitivo, es completamente negro. Está hecho como de carbón, pero tiene aminoácidos. Ya hemos podido identificar eso por espectroscopía. Queremos ir. Ahora en septiembre va a empezar a sobrevolarlo en formación la nave espacial durante dos años. Para después acercarse, darle un besito, extraer la muestra y traerla a la Tierra en 2023. Esas muestras estarán disponibles para toda la comunidad mundial para analizarlas. Será por competición de propuestas y científicamente nos puede ayudar mucho a entender cuál fue el papel que estos asteroides desempeñaron en la formación de nuestro sistema solar y nuestro planeta. Incluso la S de OSIRIS REx tiene que ver con seguridad, porque Bennu tiene el potencial de tener una trayectoria de intersección con nuestro planeta.
P. ¿Cuándo?
R. A final de siglo. Tenemos tiempo para prepararnos. Estamos aprendiendo más sobre las propiedades mecánicas al traer una muestra y si a partir de ahí alguna vez tenemos que divergir la trayectoria de un objeto como Bennu vamos a estar mejor preparados para hacerlo.