Lombardía, el motor económico del país, vuelve a confinarse.
El confinamiento de cuatro regiones italianas especialmente afectadas por la segunda ola de la pandemia no ha sentado nada bien en el país. Especialmente en Lombardía, Piamonte, Calabria y Valle de Aosta, que desde hoy estarán de nuevo cerradas por decisión del Gobierno de Giuseppe Conte, en unas medidas que afectan a más de 16 millones de personas. En estos territorios ya no se podrá salir de casa a no ser que sea para ir a trabajar, comprar lo básico, llevar a los niños al colegio o pasear cerca del domicilio.
La medida divide al país en tres zonas: las regiones rojas (de riesgo de contagio alto), naranjas (intermedio) y amarillas (moderado). En los territorios de la zona roja, Lombardía, Piamonte, Calabria y Valle de Aosta queda prohibido desplazarse, salir del municipio de residencia o de la región salvo por necesidades comprobadas de trabajo o salud. Se cierran negocios no esenciales y también la hostelería. Aunque la industria seguirá abierta, las repercusiones económicas serán importantes al cerrar Lombardía, que representa una sexta parte de la población y una quinta parte del PIB italiano.
“Nuestras peticiones no han sido tomadas en consideración. Es una bofetada en la cara a la Lombardía”, ha denunciado el gobernador,Attilio Fontana, que había pedido más días para ver si las anteriores restricciones surgían efecto en un territorio que, de nuevo, vuelve a ser el más castigado por la Covid-19. Sólo ayer se registraron 8.822 casos de coronavirus en Lombardía de los más de 34.500 en todo el país. Hubo 445 muertos en Italia, la mayor cifra desde el 2 de mayo.
También protesta Calabria, con muchos menos casos –ayer, sólo 358– pero que ha sido incluida en esta lista negra por la situación crítica en que se encuentran los hospitales. “La región no se merece ser aislada. Podría ser fatal (para la economía)”, dijo el gobernador interino Nino Spirlì, que anunció que impugnará la decisión. Mientras, en Turín impactaba la imagen de una fila de ambulancias que acudían a socorrer al resto del Piamonte.
El descontento italiano se amplía a las nuevas zonas naranjas, de riesgo intermedio, que por el momento son Apulia y Sicilia. El presidente conservador siciliano, Nello Musumeci, acusa al Ejecutivo de actuar con criterios partidistas ya que ha dejado a dos regiones también golpeadas por la Covid, Campania y el Lacio, en la zona de menos riesgo, y considera que se debe a que están gobernadas por el Partido Demócrata, que secunda a Conte en el Ejecutivo. En estas regiones de riesgo intermedio se cierran los bares y restaurantes durante todo el día. Tampoco se podrá moverse del municipio o de la región de residencia. Sí se podrá salir de casa sin justificación y los comercios quedarán abiertos.
Es el Ministerio de Sanidad quien decide cuándo una región pasa de una fase de riesgo a otra, según 21 indicadores como el índice de contagio o la ocupación de las unidades de cuidados intensivos de los hospitales. Deberán pasar por lo menos 15 días antes de que las regiones puedan optar a cambiar de fase si mejoran sus datos epidemiológicos, y las normas estarán en vigor por lo menos hasta el 3 de diciembre. En todo el país también entran hoy en vigor nuevas restricciones como un toque de queda a las 22 h o el cierre de los museos.