Es cada vez más notoria la venta de droga en los niveles medio y alto

Un informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA reveló que, en cuatro años, creció del 12 al 26% el número de vecinos que conocen en dónde se la comercializa.

drogasVarios son los indicadores que encienden las alarmas sobre el fuerte crecimiento del mercado interno de drogas. Por un lado están los récords anuales en la incautación de estupefacientes, que hablan de la mayor circulación de esas sustancias; por el otro, los informes oficiales sobre el aumento del consumo entre jóvenes escolarizados, que marcan la expansión de la demanda.
Ayer, el Observatorio de la Deuda Social, de la Universidad Católica Argentina (UCA), aportó otro dato preocupante para comprender hasta dónde logró llegar el narcotráfico: entre 2010 y 2014 se duplicaron los puestos de venta de drogas en los barrios de “nivel socioeconómico alto” de la ciudad de Buenos Aires.
Entre 2010 y 2011, los investigadores de la UCA entrevistaron a vecinos de la ciudad para conocer su percepción sobre el narcotráfico. Entonces, el 12% de los consultados en las zonas de mayores ingresos dijeron saber que en sus calles se vendían drogas. En 2014, el 26% afirmó tener esa percepción.
En los barrios humildes la situación es peor: el 85% de los entrevistados dijo que vive rodeado por quioscos de drogas. Pero no hubo variación entre las mediciones, como sí ocurrió en las zonas acomodadas, lo que es indicativo del avance narco en nuevos territorios sociales. “En las encuestas cualitativas se nota, además, la presencia del comercio de drogas en los alrededores de colegios de mayor nivel socioeconómico”, explicó Agustín Salvia, jefe de investigaciones del Observatorio de la Deuda Social.
El crecimiento de la percepción de los ciudadanos de la presencia de puestos de venta de drogas cerca de sus hogares impactó tanto en la región metropolitana como en el interior del país. En el ciclo 2010/2011 la penetración narco en ciudades grandes como Mar del Plata, Resistencia, Neuquén, Zárate, Paraná y Comodoro Rivadavia fue advertida por el 28% de los encuestados; en 2013/2014 trepó al 41%.
Frente a este problema, que se expande por todo el país, el rector de la UCA, monseñor Víctor Fernández, dejó en claro en la presentación del documento que “el papa Francisco no deja de expresar su preocupación por el narcotráfico”.
El Sumo Pontífice y el presidente Mauricio Macri dialogaron sobre la situación del narcotráfico en la Argentina en la reunión que mantuvieron el sábado pasado en el Vaticano. Y el primer mandatario expuso ante la Asamblea Legislativa, en su mensaje de anteayer, que la lucha contra las drogas era una de sus prioridades, junto con el objetivo de llegar a pobreza cero y a la unión de los argentinos. El análisis de los datos de encuestas de la UCA señala la realidad local. “El consumo de drogas en nuestro país parece una pandemia”, definió Salvia.
“Hay una fuerte relación entre consumo de drogas, violencia e inseguridad; son ejes que se potencian entre sí”, argumentó el investigador jefe del Observatorio de la Deuda Social. Las cifras obtenidas por la casa de altos estudios marcan que, en promedio, 4,5 de cada 10 hogares de todo el país tienen cerca una boca de expendio de drogas.
El “consumo problemático” de drogas alcanza a 110.000 hogares argentinos; un 70% de ellos no tienen asistencia profesional para afrontar la situación. Por eso, los investigadores de la UCA señalan que el mayor riesgo recae sobre los barrios humildes, con niveles de penetración narco más elevados que los alcanzados en zonas económicamente más fuertes, incluso con la duplicación de los llamados “quioscos de drogas” en estos lugares.
En las villas y asentamientos de la Capital se mantuvo, en los períodos 2010/2011 y 2013/2014, la percepción de cercanías con puestos de venta de droga expuesta en el orden del 85%. En el conurbano, las respuestas pasaron del 48%, en el ciclo 2010/2011, al 75%, en 2013/2014. Algo similar ocurrió en barrios más consolidados, pero de nivel socioeconómico bajo, que pasaron del 45 al 67% de respuestas afirmativas sobre la presencia del narcomenudeo en las inmediaciones de los hogares.
En el análisis de los datos apareció también una masiva afirmación sobre mayor presencia policial en los barrios. Sin embargo, esa vigilancia adicional no tuvo como consecuencia aún una menor comercialización de drogas.

Otras vías de prevención

Para el Observatorio de la Deuda Social las respuestas al desafío narco no pueden encontrarse sólo en el aumento de la capacidad policial, sino que deben pasar por el fortalecimiento de la sociedad, con dos ejes prácticos: trabajo y deporte.
“Hay una fuerte correlación entre las adicciones problemáticas y la desocupación”, señaló Salvia, que propuso la realización de una labor territorial del Estado apoyada en las organizaciones sociales y no gubernamentales que tienen conocimiento propio de las características de cada lugar.
A partir de los resultados de los sondeos y su cruce con encuestas cualitativas, en las que los vecinos explican causas y consecuencias del problema, queda en evidencia que el objetivo central de las políticas públicas antidrogas debe pasar por la reducción rápida del consumo. “Si no hay demanda, no hay oferta. En ese caso, quizá seamos un país de tránsito, pero hoy somos un país de tránsito, consumo y producción de drogas”, explicó Salvia.
Los datos del Observatorio de la Deuda Social de la UCA aportan más información sobre el crecimiento del mercado argentino de drogas. Otro parámetro, en ese sentido, lo da el récord de captura anual de marihuana, con 169 toneladas incautadas en 2015, droga que sólo ingresa en la Argentina para el consumo local. Y habrá que tomar en cuenta, además, que para la Sedronar creció un 46,7% el consumo de cannabisde los estudiantes secundarios porteños entre 2011 y 2014.

Otro crimen por venganza enla villa de Retiro

Un joven que aún no fue identificado fue ejecutado de un balazo en la frente y otros tres disparos en el cuerpo cuando caminaba por una calle de la villa 31, del barrio porteño de Retiro. Los investigadores creen que, por la violencia utilizada para concretar el crimen, se trataría de un homicidio con sello narco.
Es el sexto asesinato cometido este año en las villas 31 y 31 bis, en las que los detectives policiales sospechan que se está desarrollando una guerra por el control de los puestos de venta de drogas. También se investiga si esos crímenes están vinculados con los asesinatos de dos peruanos acribillados esta semana en Boedo