En Tucumán, el caso de Sandra Ocampos desató una verdadera tragedia. Después de haber sido violada y torturada por un ingeniero reconocido, desde La Plata intervino un letrado y ordenó un allanamiento que terminó con el acusado matando de un tiro en la cabeza al comisario y el pro-secretario fiscal. Luego se suicidó. En la 99.9, explicó los ribetes del caso el abogado Christian Parodi.
El abogado Christian Parodi habló en la 99.9 sobre un increíble caso sucedido en Tucumán y que tuvo un destino trágico, sin justicia real para quien resultó afectada. Se trata de Sandra Ocampos, que sufrió torturas y violaciones por parte de una persona con mucho poder en la provincia.
El letrado platense explicó que “Sandra Ocampos es una tucumana que vive en uno de los barrios pobres de la periferia. Después de dos meses sin respuesta, una mujer que ha sido abusada sexualmente utilizando armas como elementos fálicos y sometida a la picana, por parte de un ingeniero muy reconocido en Tucumán; una gente de allá llamó a La Plata y nos pidió a ver si podíamos darle una mano y ayudarla”.
Una vez que Parodi tomó intervención en este caso, empezó a encontrar muchas irregularidades y la intervención del poder en el camino de la justicia: “es un caso muy pocas veces visto en 30 años de democracia. Esta persona tenía seis causas por amenazas de muerte, otra causa en 2011 por abuso sexual y amenazas de muerte contra otra tucumana y la justicia no hacía nada. Es un ingeniero que es el hijo de un gran represor de la policía tucumana y es quien secuestró a Guillermo Vargas Ansaine que era militante y senador de Tucumán”, dijo sobre los antecedentes del acusado.
Los actores jurídicos tucumanos miraron hacia otro lado y no actuaron como debían. En ese sentido, Parodi puntualizó que “la fiscal Adriana Reynoso Cuello, en más de dos meses nunca fijó una orden de allanamiento al domicilio de Silvio Romanazzi. Nosotros lo que pedimos desde Buenos Aires es la formal denuncia ante la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Se dio intervención al Inadi y por eso, se logró el allanamiento. La fiscal revictimizaba a Sandra Ocampos, la maltrataba y no le dio la píldora del día después porque le dijo que tenía 40 años y no 14 para quedar embarazada”.
Pero lo peor todavía no había llegado. Si bien consiguieron esa orden para registrar el domicilio, hubo otras cuestiones que terminaron llevando la situación hacia otro lugar. “Todo terminó de una forma trágica. Este allanamiento tardío fue sin profesionalización ya que ingresó el comisario Barraza y el pro-secretario de la fiscalía y Romanazzi entra a su dormitorio, saca un arma y le pega un tiro en la cabeza al comisario y otro al pro-secretario de la fiscalía”, explicó el abogado.
Todo eso se desencadenó porque nuevamente los abogados metieron su cola en medio. “Ahí hizo una obstrucción de la justicia la abogada Sánchez Cardán que trabaja con los prostíbulos de Tucumán. Ella distrae al personal de la fiscalía y al comisario porque Romanazzi se resistía. Al obstruir esto, da tiempo para que entre a la habitación a buscar el arma y mate a los dos”, relató.
La lógica implicaba que, ahora si, Romanazzi no tendría oportunidad de burlar la justicia, pero lo hizo: “luego de esto Romanazzi se suicida y ahora estamos tratando de provomer la remoción de la fiscal de Tucumán por incumplimiento de los deberes de funcionario público”, contó Parodi.
Realmente parece un caso sacado de una novela negra, pero sucedió en realidad y todo tiene que ver con los privilegios del poder ante la justicia, algo que pasa en muchos lugares del país constantemente: “estamos hablando de una justicia elitista”, concluyó.